Mejor es que sigas siendo tuya,
para que sólo seas mía,
pero mía y de ti,
sin tonterías ni tapujos.
siendo raros los dos,
pero íntimos y egoístas,
dulces y violentos,
tímidos y atrevidos,
donde tú me obedezcas
y yo te pertenezca.
Si yo me pongo sobre ti,
no seré dominante.
Si tú estás, encima de mí,
no seré tu sumiso.
Porque en ambos,
solo seremos uno
y en cada vuelta,
en cada giro,
se encontrarán nuestras miradas
de igual a igual,
con cuerpos arropados,
nunca enfrentados.
Me atrapaste,
me arrullaste con tu tango,
tu ritmo,
tu armonía.
Me llenaste las horas
de impaciencia,
de arrebatos,
de ausencias.
Sucumbí al claror
de tus ojos tristes,
de tu boca sinuosa.
Quiero ser,
el virus que se adentra
en tu corona,
en las ansias de tus anhelos,
en la lujuria de tus dedos,
abarcando mis adentros.
Quiero estar dentro,
de tus formas y requiebros,
dentro de ti.
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