VACACIONES (Quarters 3/1-1)

Rin, Rin, Rin (suena el teléfono)

--Anaïs, ¿dígame?

--Soy Julián. Necesito que vengas a México, a desaparecido Jessica y Olga. No sabemos nada de ellas desde hace dos días.

--¿habéis dado parte de la desaparición?

--Sí, pero no nos han hecho caso. Dicen que pueden que estén divirtiéndose por ahí.

--Tranquilo, cogeré el próximo vuelo y intentare estar lo antes posible hay. No digas que voy.

--Gracias. No tardes estoy desesperado y me siento impotente aquí, aunque sea policía, me encuentro como si estuviera a la deriva. Aparte no sé qué decirles a sus madres.

--Tranquilízate, cuando llegue, solucionaremos todo, lo antes posible.

--Gracias, amiga.

Anaïs se encontraba en ese momento de la llamada, intentando poner en orden su nuevo cargo, sin dejar el que ya tenía y al que se sentía muy unida. Desde su vuelta a España del caso del asesino en serie. Era comisario en el departamento de casos sin resolver, no quería dejar este sector, pero tampoco quería negarse a su nuevo destino. Decidiendo dirigir los dos departamentos desde un despacho en el ministerio de justicia. Teniendo una línea directa con los dos sectores y estando mañanas en un sitio y tardes en otro.

 En una palabra organizándose para poder estar a la altura de las competencias y por supuesto, teniendo subordinados/as, a su cargo. Como su gran confidencial y compañero de hazañas Julián. Que estando de vacaciones con su nueva esposa y la hija de dicha con su amiga, se encontraba en apuros, necesitando su ayuda.

Anaïs hizo unas llamadas, averiguo el próximo vuelo. Era entrada la noche, por lo tanto llegaría  al día siguiente, que con la diferencia horaria de Madrid a México, Anaïs tendría poco tiempo de descansar, así que planeaba dormí algo en el trayecto mientras intentaba ponerse al día con los casos de personas desaparecidas en México, que había recopilado antes de salir, para poder tener una idea de por dónde empezar la investigación.

Su intención era, nada más llegar y tocar tierra, ponerse en contacto con sus compañeros en Washington, en el  F.B.I, para que les pasara toda la información que tuvieran para tener una base clara, en todas las direcciones de la investigación. Dándose cuenta que se estaba metiendo otra vez, en un callejón sin salida. Perooo…. Para Quarters, no había caso sin resolver. Aunque como humano Anaïs tenía miedo de lo que estaba averiguando, sin haber puesto todavía un pie en tierra. Y no sabía, como decírselo a Julián, sin quitarle las esperanzas de encontrarlas con vida.

Anaïs, levanto la mirada, miro por la ventana y se quedo hipnotizada por las nubes que en ese momento, junto con su imaginación, vio la imagen de su hermana, que murió cuando fue a una oferta de trabajo para modelo. Vio su rostro mirándola fijamente, como si por arte de magia le trasmitiera ánimos y fuerza en esta misión. Anaïs, le sonrió quedándose dormida hasta que llego a su destino.