Intercambio con Luz Gloria y Juan Manuel Parte 5

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Juan Manuel me puso la verga en la entrada del culo y fue empujando suave y lento. Yo aunque acaba de tener un gran orgasmo con su culo, todavía me moría de ganas de que me la metiera, así que me relajé y ayudé a que entrara. La molestia fue de un par de segundos y después sentí una sensación muy agradable cuando su pija resbalaba adentro de mi recto. Por fin, ese hombre que tanto deseo me había provocado desde el principio ya me estaba penetrando. Y como he dicho en varias oportunidades, mi bisexualidad es más de chupar vergas y semen, y oler y chupar los cuerpos masculinos que ser penetrado. Pero en esta ocasión sí lo deseaba enormemente. 

Juan Manuel metía y sacaba su verga con firmeza pero al mismo tiempo con suavidad, no sólo me estaba cogiendo sino que me hacía el amor. Me trataba con pasión y al mismo tiempo cuidaba de mí. Yo sentía maravilloso lo que su pija me hacía en la próstata y él no dejaba de acariciarme, besarme, hablarme al oído. Era la relación bi que más me había gustado hasta el momento. Quizá duró unos 10 minutos y él empezó a gritar y a gemir y en ese momento sí me metió la verga frenéticamente... y empecé a sentir chorros de su semen caliente inundar mi recto. Siguió así por un momento y después, cuando su orgasmo terminó se acostó sobre mi espalda y me besaba y decía cosas casi "románticas" y lo mucho que le había gustado y que quería que fuéramos amantes. Y yo le dije que sí, que me encantaría seguir haciendo esto con él... y que todo sería mucho mejor cuando también se cogieran a mi mujer.

Juan Manuel sacó su verga de mi culo y ahora fui yo el que repitiendo lo que habíamos hecho antes, me tiré a mamarle la verga. Sabía a semen y a culo. Deliciosa de mamar. Y cuando levanté la vista mirando su culo, lo vi como palpitando y el semen que yo le había metido todavía salía por gotitas y mojaba sus nalgas y sus muslos... y también lo mamé... y nos pusimos otra vez en 69... pero ahora para mamarnos los culos. Él se deleitaba con su propio semen que salía de mi culo, y yo con el mío que también había en su ano. Después que ya no dejamos ni una gota de semen por chupar, nos acostamos uno al lado del otro y besándonos con mucha lengua y comentando la delicia de lo que acabábamos de hacer, nos quedamos descansando y recuperando fuerzas. En ese mismo momento escuchamos la voz de una mujer que nos hablaba desde la puerta del cuarto.

Sin habernos dado cuenta, Luz Gloria, la esposa de Juan Manuel, regresó y seguro nos encontró cogiendo. Pero no nos dijo nada. Se puso a gozar del espectáculo de ver a su esposo cogiendo con otro hombre; en su casa, en su cuarto, en su cama. Al inicio Juan Manuel y yo nos asustamos por la sorpresa... pero inmediatamente vimos que Luz Gloria no sólo tenía una sonrisa enorme sino que ya estaba desnuda. Seguro al vernos se calentó mucho y se desnudó y se sobaba la pusa rasurada. 

Delgada, tirando a flaca. Tetas pequeñas pero erguidas. Pezones grandes y oscuros. Y la rajadura de la pusa y sus labios vaginales perfectamente expuestos porque estaba totalmente depilada. Morena y bronceada. No era una lindura de mujer, pero sí muy apetecible, más que nada por su actitud de puta. Ya Luz Gloria rebalsaba de erotismo y más al caminar desnuda hacia la cama. Sus tetas pequeñas ni se movían con sus pasos (a diferencia de las enormes de Victoria, que se mueven de un lado al otro y son enormemente deliciosas). Se dirigió a donde yo estaba y sin decir otra palabra se subió en la cama y se puso encima de mí. Su cuerpo desnudo sobre el mío... e inmediatamente empezó a girar sus caderas y así su pusa y clítoris se sobaban contra mi muslo. Prácticamente se estaba pajeando conmigo. Era algo muy erótico, pero como con Juan Manuel yo acababa de tener un gran orgasmo, la verga todavía no se me paraba... pero no importó. El objetivo de Luz Gloria era pajearse con mi muslo... así que aproveché y agarré sus tetas y acaricié todo su cuerpo, tocando su pusa, su culo, sus nalgas y jalando sus pezones. 

Cuando ella incrementó el ritmo y la fuerza que hacía su pusa contra mi pierna, se inclinó y empezó a besarme... sin sutilezas. Con la boca totalmente abierta y metiéndome la lengua casi hasta la garganta. Sentí su saliva deliciosamente tibia, un poco salada y muy pegajosa. Deliciosa. En su aliento había un dejo de café... y eso me calentó aún más... y ya se sentía en el cuarto el olor a pusa caliente. Hasta entonces el olor había sido de vergas, sudor, culos y semen... pero ahora ya estaba el olor que más me gusta, el de un coño chorreando jugo. 

El orgasmo de Luz Gloria no se tardó mucho. Y yo sentía sus dedos enredarse y jugar y jalarme los pelos del pecho y de las axilas. Realmente supe que estaba siendo cogido por una puta caliente... que estaba buscando su propio placer y no el mío. También sentí unas manos que me agarraban la verga y me la sobaban... una era de ella, la otra de su marido. Y cuando ella se vino, sus espasmos fueron enormes y gritaba y decía todas las soecidades que le pasaban por la mente. Al final se dobló sobre mí y dejó de besarme pero yo no dejaba de sentir la delicia de su aliento en mi nariz. Juan Manuel le acariciaba la espalda y le daba besos en todo el cuerpo. Así nos quedamos un gran rato. Y después empezamos a platicar de la forma tan inesperada en que estaban sucediendo las cosas; que ni ellos ni Victoria ni yo pensamos que sería así de rápido. 

Y aunque Luz Gloria se acababa de venir delicioso, no había perdido el deseo... y su objetivo principal era sentir mi verga dentro de ella... en todos sus hoyos... y así nos lo dijo. Y casi que nos ordenó que nos "recuperáramos" rápido porque ya quería sentir mi verga... y también la de su esposo... que teníamos que hacerle esa noche, por lo menos una doble penetración y que nos íbamos a alternar sus agujeros. Yo le dije que por mí, me parecía perfecto... pero... que quería llamar a mi esposa, contarle muy rápido todo lo que pasó y preguntarle si querría unírsenos lo más pronto posible. Me dijeron que sería perfecto.

Llamé a Victoria y le conté en poquísimas palabras, pero ella entendió perfectamente lo que había pasado, y que si querría venir y ella también gozar de lo mismo que yo. Dijo que por supuesto, que estaba más o menos a 30 minutos de llegar... pero que no la esperáramos; que siguiéramos... y que después ella recuperaría el tiempo con Luz Gloria y con Juan Manuel y que también quería una doble penetración...

Así comenzó todo.

Continuará...


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