VACACIONES (Quarters 3/1-4)

Anaïs llamo a los oficiales de policía, para hacerles saber, exactamente el lugar donde se encontraba el cuerpo de la joven. Una vez identificado el cuerpo, llamado a la madre de la muchacha, decidieron subir a revisar las cámaras de la estación. Al cabo, como de dos horas de ver imágenes percibieron como un grupo de muchachos, de unos tres jóvenes, se les acercaron a Jessica y Olga. Sentándose en un banco, sacando unas bebidas de una maquina, situada en la tercera parada de la estación del metro.

En otra cámara se veía perfectamente, como un joven de unos 17 años, del grupo que estaban con ellas, introducía sin que las dos muchachas se dieran cuentan, una jeringuilla pinchando las bebidas, introduciendo un liquido dentro. Al cabo de unos minutos, las dos jóvenes daban la sensación como que estaban borrachas, perdiendo el conocimiento, desapareciendo de la estación en el mismo instante que se paraba el vehículo. Abriéndose  las puertas del vagón del tren, sin percibir de las cámaras del interior, que los jóvenes entraran, ni que salieran por la otra abertura del vagón. Desapareciendo a la vista de cualquier ojo humano.

Anaïs le pregunto al oficial sobre la llave del candado de la reja del pasillo, en el túnel. El policía al cargo del caso izo una llamada, donde seguidamente después de colgar el celular, ordeno a otro oficial que trajera unas pinzas para cortar la cadena. Una vez rota salieron al otro extremo de la reja, notando que estaban en la frontera de Guatemala, cerca de un prostíbulo.

Juan decidió adentrarse dentro, notando que alguien se escondía. Era uno de los jóvenes que salían en las imágenes, de las cámaras del metro. El muchacho les dijo después de preguntarle, que él nunca había visto a nadie con las credenciales que él le estaba dando. Anaïs, saco una foto, notando que al verla, el joven se puso muy nervioso.

Anaïs miro por dentro del local, en el mismo momento que volvió a ver a su hermana señalándole con el dedo a una puerta, que en ese momento alguien entraba y se veía que daban a unas escaleras, donde sus escalones parecía que se dirigían a un sótano o algo parecido. Enseguida supo que tenía que vajar y mirar.  En la puerta se encontraba un hombre de unos 35 años musculoso y con bastantes tatuajes por los brazos. Se le acerco, le pregunto si podía entrar y echar un vistazo, negándose rotundamente sin darle permiso ni contestar a las preguntas que le estaba haciendo en ese momento.

 Salió del local, se dirigió a una pequeña comisaria a unos metros del local, sin que las autoridades les prestaran atención. Incluso negándose a acercarse con ellos y mirar por los alrededores. Viendo que cada vez era más complicado, encontrar ayuda de los departamentos oficiales de la zona, decidió pedirle ayuda a un conocido de cuba.

Se acordó de alguien, donde un día perdió su cartera, cuando estaba recién salida de la academia de policía en Washington. Dejándole ella dinero para echar gasolina, haciéndose amigos, sin saber que era un mafioso de Colombia, aunque sus raíces eran cubanas. Nunca antes ninguno de los dos, habían interferido en la vida privada del otro, ni se habían mezclado la amistad, pero se encontraba en un callejón sin salida.

 Ni siquiera su apodo, en este momento le estaba facilitando las cosas, Sabia que su conocido tenía  contactos en Guatemala y que en ese preciso momento se encontraba viajando hacia México. Decidiendo pedirle ayuda. Lo llamo descolgando el teléfono explicándole donde estaba y que estaba buscando. Dándole premiso en nombrar su nombre y apellidos. Entro en el local nocturno, haciendo lo que él le había mandado. Dijo su nombre y apellido, notando  que el hombre que vigilaba esa puerta, se ponía muy nervioso.