VACACIONES (Quarters 3/1-5 final)
Por Merced 54
Enviado el 18/11/2023, clasificado en Intriga / suspense
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Ni así consiguió Anaïs atravesar esa puerta. Tanto Juan como Anaïs se volvieron air dando los mismos pasos hasta llegar al local, pero en esta ocasión hacia atrás. Su intención era mientras andaba, observar si se había dejado algo en el tintero. Anaïs recordó algo que un día le dijo un sacerdote en Washington, antes de descubrir que él era el asesino en serie que estaba buscando tan desesperadamente todos, en la comisaria de donde trabajaba en ese momento. Recordó cuando fue a consultarle el caso en ese momento, por estar cerca de los alrededores, de donde aparecían los cuerpos de los delincuentes muertos, unas palabras que le dijo.
--Anaïs nada está seguro, nada es lo que parece. Busca una conexión, que casi siempre suele ser la pista que menos peso tiene. Desmenuza el contenido que tienes en la memoria sobre el caso y busca el detonante. En una palabra, busca en tu memoria, entre toda la información, seguro, algo has dejado pasar sin prestarle atención.
De repente Anaïs le dijo a Juan;
--Volvamos a donde apareció el cuerpo. Algo no va bien en mi cabeza. No consigo apartar algo de mis pensamientos. Quiero volver a verlo otra vez.
Cuando volvieron otra vez, fueron de nuevo por la estación. Juan no entendía por qué, pues habiendo una salida y entrada más cerca de donde se encontraban, tenían que empezar desde el principio. Anaïs no supo contestarle, tan solo le dijo que era una intuición que le rondaba.
Empezaron a caminar hacia la habitación escondida en el túnel, sin encontrar nada mientras avanzaban. Cuando llegaron de nuevo a la habitación, seguía la puerta como la dejaron la policía, precinta. Al entrar, descubrieron que algo estaba diferente, a como lo habían dejado ellos y el forense. Anaïs empezó a revisarla muy detalladamente sin encontrar nada, pero estando a punto de marcharse, noto algo raro en un pequeño armario. Abrió la puerta, no vio nada, reviso los lados tampoco. Se le ocurrió apartar los utensilios que contenía para el acto sexual, dándose cuenta que lo que había detrás y tapaba era una puerta que daba algún lado.
Quitaron los instrumentos y ropas que contenían, rompieron la cerradura y pasaron al otro lado del armario, empezando a andar, notando a los pocos metros que había unas escaleras que subían hacia arriba y al fondo del pasillo, dejando las escaleras a un lado, se encontraban unas puertas y se escuchaba a alguien llorar, mas unos hombres hablar y reírse en otra habitación cerrada.
Anaïs y Juan decidieron abrir las habitaciones una a una, muy despacio, sin hacer ruido, encontrando chicas despiertas, asustadas, acurrucadas en un rincón. Anaïs fue sacándolas poco a poco, hasta encontrar en otra habitación a Jessica, la hija de la mujer de Juan. Todos salieron sin hacer ruido. Como 15 jóvenes entre 10 y 17 años. Todos habían sido inducidos a la prostitución.
Al volver a la habitación, cerraron la puerta poniendo el armario. Sacaron a los jóvenes al pasillo del metro, Anaïs decidió meter fuego a la habitación para que no pudieran seguirlos sin se daban cuenta. En la puerta de la habitación fantasma, donde encontraron el cuerpo, Anaïs vio unas piedras grandes fuera, decidiendo ponerlas haciendo palanca para que no pudieran abrirla. Empezando todos a correr hacia la estación Indios Verdes. Una vez fuera, se dirigieron a la comisaria más cercana. La policía empezó a llamar a los padres de los jóvenes desaparecidos, la mayoría eran turistas, que habían venido de vacaciones con sus familiares. Otros eran secuestrados y un niño de tan solo 11 años fue vendido a la prostitución por sus padres. Anaïs le doy lastima, decidiendo adoptarlo y hacerse cargo del, trayéndolo con ella a España.
Jessica les conto a todos que Olga se negaba y se enfrentaba a ellos. Un día se la llevaron y no volvió más. Le dijeron que era muy conflictiva y que habían decidido soltarla. A otros jóvenes los drogaban, para que sus cuerpos tuvieran más aguante a todo lo que les hacían y no tuvieran la voluntad de negarse a nada. A ella querían venderla a alguien, no sabía a quién. Tan solo alguien la vio, le gusto y se encapricho de ella.
Una vez estando todo arreglado y enseguida que pudieron, decidieron volver a España. Estando en el aeropuerto de Madrid y sintiéndose tranquilos en suelo español, Anaïs noto mucho murmullo de nacionales, guarda civiles corriendo. Acercándose ella y enseñándole las credenciales, les enseñaron un cuerpo de un joven, de unos 15 años muerto. Pero para sorpresa de todos, le faltaban los órganos y su interior estaba lleno de drogas.
Anaïs lo vio, le tomaron sus huellas, no dando con sus credenciales en los datos. Aunque su cara le era conocida y no sabía de dónde. Cuando suena el teléfono y era su amigo colombiano y en su foto, estaba la imagen de la persona que tenía delante. En ese preciso instante supo que una guerra entre clanes mafioso estaba a punto de empezar.
FIN
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