LA INJUSTICIA DE DIOS 1

Recuerdo que a mediados de  los años 60 del siglo anterior cuando yo era un adolescente, un domingo al salir de una iglesia en un barrio de Barcelona con mi familia, mi madre que tenía un juicio crítico bastante desarrollado súbitamente se hartó de los tan enfáticos como simplistas sermones religiosos del clero que chocaban con la realidad mundana; y al igual que ella una gran parte de Europa Occidental también sintió lo mismo, por lo que muchos templos de varios paises del Continente así como otras instituciones eclesiásticas empezaron a vaciarse.

El consabido tópico que propicia para que el ser humano se convierta en un escéptico sobre este tema es: Si Dios es tan bueno y tan perfecto ¿cómo ha podido ser que haya creado un mundo tan cruel y tan injusto como el nuestro? El efecto no se corresponde con la causa.

Lo que mi madre señalaba era algo que desde el principio de los tiempos el ser humano nunca ha dejado de preguntarse acerca del origen de todo y poniendo en entredicho a la teología oficial de otras épocas.

Si nos molestamos en ojear la Biblia en el Géneis nos encontramos con el relato de Job, el cual siendo un sujeto muy honesto en todos los sentidos es azotado por el destino con toda suerte de desgracias y en consecuencia éste duda de la bondad y de la justicia divina. Asimismo como desde siempre a los malvados las cosas en este mundo les ha ido viento en popa normalmente a costa de los buenos, se creó el deseo social de que éstos lo pagasen en otra vida consumiéndose por lo menos en un infierno determinado, mientras que la buena gente sería recompensada en el cielo tal como lo expone también la Biblia en los capitulos dedicados al ECLESIATÉS y PROVERBIOS, que no fueron redactados por el rey Salomón sino por anónimos funcionarios sirios de la Corte.

Por lo tanto. ¿Se puede decir que hay algún dios perfecto y justo cuando todo parece indicar lo contrario?

La idea de un dios o dioses tiene dos vertientes. La primera es la de un recóndito Dios cósmico y creador del universo,por lo que se hace inhaprensible para el ser humano, y la segunda vertiente es la de un dios personal, inmanente que forma parte de dicho Dios creador. Yo no tengo ninguna duda que este dios personal es un producto totalmente cultural que emerge de la idiosincria de cada raza, que a su vez está en relación con el paisaje del lugar. De manera que  tanto los dioses paganos de la antigua Grecia como el colérico dios judío Yahvé han sido una proyección mental sacralizada de estos pueblos de los que se ha desprendido una moral o unos Mandamientos que han servido para cohesionar al grupo humano en cuestión.

Paralelamente a esta fe colectiva hacia cualquier deidad que depende siempre de la sensibilidad de cada cual, ha surgido el hombre racional que ha dudado muy sensatamente de las religiones míticas y reveladas, por lo que se ha dedicado a especular, a preguntar en torno a "QUIÉN" o "QUÉ" ha creado el mundo, sobre todo a partir de la METAFÍSICA instaurada por Aristóteles. Lo cierto era que este pensador distinguió la esencia de otros atributos de  todo ser vivo que es lo que les hace ser lo que son. Por ejemplo todos los mamíferos pertenecemos al reino animal, pero la esencia del hombre es su racionalidad que es lo que le hace ser persona (aunque esto en muchos casos, como en algunos politicos no se nota) y para este gran filósofo Dios era el "Primer Motor" pero que no se implicaba para nada en las tonterías de los humanos.

Posteriormente en la Edad Media la METAFÍSICA (una realidad más allá de lo material) fue asumida por Santo Tomás quien estableció  una rama de esta teoría llamada ONTOLOGÍA que se ocupaba de la búsqueda de la verdad de la existencia divina; de las ideas y de la Ética; y todo ello partía de la idea de  la ESENCIA  que era el mismo Dios.

Y en el siglo XVl el pensador francés René Descartes que dudaba de todo, dijo que nosotros somos el efecto de una Causa Suprema que ha dejado su huella con el pensamiento racional en el hombre. Y otro tanto se podría decir del grandioso pensador alemán Imanuel Kant que escribió en su día que la Razón Práctica que atañe al ser humano consiste en una ley ética universal que busca la trascendencia, la cual emana del mismo Dios; aunque éste se entiende como una posibilidad y una hipotética esperanza.

En efecto el hecho de referirse a un Dios que se manifiesta en forma de pensamiento, siempre es una hipótesis reflexiva y sensitiva pero nunca determinante. Pues la METAFÍSICA aunque ahora no esté de moda ha servido de inspiración para dar paso a la investigación de las Ciencias Naurales. Por eso que al hombre metafísico no le hace nada de gracia la persona mística, porque le ha parecido que ella al entrar en un estado de éxtasis y vaciarse por dentro para ser absorbida por una deidad era puramente una simple presunción; aunque hay gente que considera que el místico mantiene la llama viva de la fe; le da macha, mientras que el metafísico es un ser insulso y frío que hace pensar demasiado.

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