Absalón despertó en una cabaña, cerca de la playa. Situada a las afueras de la ciudad, lejos de la civilización. Escondida a la vista del hombre. Se encontraba a unos metros del mar. Tapada por los hermosos arboles del bosque, que se encontraba en tierra adentro. Pero muy bien situada, tenía unas vistas únicas, a donde el ojo de cualquier persona mirara se quedaría enamorado.
Donde les hacía perder la nación del tiempo y del espacio, a quien pudiera disfrutar de tanta belleza junta. La ballena por orden de la Fuente, lo había depositado en una isla, donde solo la habitaba una ciudad muy pequeña y rodeada de pequeñas cabañas salteadas por la flora del bosque.
Los residentes de la pequeña ciudad, no solían tener mucho contacto con las personas de las cabañas. Tan solo los conocían de vista o de oídas de otros. Pudiendo pasar Absalón desapercibido entre los vecinos, pudiendo hacerles creer que era un familiar, que venía a pasar una temporada con Miriam, que así se llamaba la muchacha, que lo encontró.
La batalla todavía no se notaba entre sus gentes. Tan sólo estaba por esas tierras lejanas, pero dentro de la isla, si se encontraba un pequeño cuartel militar. Pero nadie sufría las consecuencias de las disputas de la guerra.
Durante un tiempo Absalón estuvo observando a Miriam, notando que no podía ver nada, ni defenderse,¡ pensó!;
--Es mi momento de poco a poco ir trasmitiéndole ideas erróneas, apartándola de la realidad, haciéndole creer que era un error, un desahucio, una equivocación, un ser incompleto del creador. De ese modo poco a poco iré ganando terreno y tendrá que dejarme tranquilo y no querer controlarme. Deseo libertad como los humanos, tengo derecho a quererlo.
En ese momento la muchacha se le acerco, preguntándole si deseaba algo. Cuando Absalón le dijo;
--Cuanta belleza tienes aquí. ¿Si miras al mar?, parece que los peces bailan al son de las olas. ¿Si miras al cielo? Tienes un sinfín de horizonte para explorar. ¿Si miras hacia el bosque? Quedarías hipnotiza del colorido florar y diversidad, de seres que comparte tierra y espacio juntos. ¿No crees que tu Dios te haya creado incompleta, que eres alguien olvidado y soltado en una jungla de feroces leones, donde el más fuerte se come al más débil?
Miriam se quedo parada frente a Absalón. Como si sus ojos resucitaran y con una mirada relajada le contesto;
--¿Quién ha dicho que yo no puedo ver? Aunque no vea con estos ojos, veo con mi ser, veo todo con una belleza que solo puedo verlo yo. Mis sentidos, están más despiertos que los de los demás. Mi olfato es muy agudo. Cada árbol, huele diferente, ninguno siente, ni tiene el tacto igual. Por lo tanto para mi vista, también lo veo diferente. Yo los toco, como te toque a ti, cuando te encontré. El cielo también lo veo, pues su viento me acaricia el pelo, su lluvia me limpia las amarguras, cuando paso un mal momento. y sin olvidarse del polvo del camino. Y ¿qué te voy a decir del mar? Te recuerdo que te encontré, cuando saliste de él. ¿Tu quién crees que me guio hasta ti?
Absalón la miro y volvió a preguntarle;
--¿No crees que tu Dios te haya creado incompleta, que eres alguien olvidado y soltado en una jungla de feroces leones, donde el más fuerte se come al más débil?
Miriam volvió a mirarlo, esta vez un poco enfadada, por poner en credibilidad su ser, su esencia, su vida,
--Escucha bien lo que te voy a decir, porque solo te lo diré una vez: Cada verbo, cada esencia; nace, crece y aprende donde le corresponde. Nadie sufre un dolor impuesto a la fuerza y sin sentido. O tu que vienes de donde nadie más sabe, ¿qué opinas? El estar aquí y ahora ¿ha sido una equivocación?
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