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Sentado en la barra del bar daba pequeños sorbos a aquel café humeante mientras la observava disimuladamente. Hacía mucho tiempo que no veía alguien tan bonita, sin saber como se sentía atraido por ella. Era una chica joven, tan joven que incluso podía ser su hija; pero no podía evitar aquella atracción por ella.
Tenia una sonrisa cautivadora, sus ojos desprendian dulzura y su forma de hablar... de expresarse le transportaban a esa tranquilidad y paz que hacía mucho que no experimentaba, pero... él era todo un señor y la diferencia de edad no le permitía ni tan solo soñar.
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