Noa se encontraba de vacaciones en la playa. Era la primera vez que iba sola con el sueldo de su primer empleo. Bajo con un libro dispuesta a disfrutar de ese agradable día solo para ella. Alquiló una hamaca y se puso a leer, cuándo de repente una suave brisa la acarició la cara y empezó a sentir una inmensa paz y tranquilidad. Ese soplo de aire suave volvió al poco rato y al girarse noto un beso en los labios, suave, ligero, excitante y a la vez calmado. Cerró los ojos para no perderse nada de esa sensación,cuándo de repente escucho una voz a lo lejos que cada vez iba haciéndose más cercana e intensa. Abrió los ojos sobresaltada y se encontró delante de ella al dueño de las hamacas que la decía que se había quedado dormida e iban a cerrar.
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