El dolor de la distancia (primera parte)
Por María
Enviado el 26/01/2024, clasificado en Adultos / eróticos
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Karla estaba durmiendo, cómo cada noche en las últimas semanas, se encontraba muy agotada, era un sueño inquietante, donde se veía rodeada de agua, sus hijas se encontraban entre la marea cristalina de su sueño, ella soñaba, pero durante el sueño era consciente de que todo aquello no era real, y que tenía algún significado. Sí le preguntaba a su madre seguro le contestaría que eran mensajes donde se aproximaban cambios, y que sus hijas se verían afectadas por esos cambios, pero el agua era cristalina, esto le hacía creer que esos cambios que se aproximan eran buenos; si le preguntara a su esposo, seguro le diría que ese sueño no era sino miedos e inquietudes por los proyectos que estaban a punto de iniciar.
Así se despertó Karla, con sensación de no haber descansado, una noche más, llena de inquietudes. Ve a su lado a su esposo durmiendo, y le da coraje pensar que él pueda dormir y ella esté invadida de miedos, sabe que en unas horas tomará un vuelo, y tendrá que alejarse de él, de sus hijas que duermen en la habitación de al lado. Son una pareja joven con tres niñas, sus niñas son su mayor orgullo y el motor de buscar un futuro con mejores oportunidades, sabe que, si sigue ahí, el futuro que podrá ofrecerles será lleno de limitaciones.
Karla decide que necesita respirar y llenarse de ellos, no estará con su esposo ni sus hijas durante una temporada, y se le crea un dolor inmenso en el pecho sólo de pensarlo. Le da miedo la soledad, sobre todo le da miedo pensar que su esposo no la necesite, él siempre ha sido un compañero excepcional, ha criado a sus hijas y lleva la casa, además de tener un pequeño kiosco, y lo hace todo de maravilla. Karla se siente abrumada, son muchos cambios, muchos miedos, y decide que debe dejar un recuerdo a Paúl, su esposo, antes de viajar, necesita llenarse de él, necesita sentir su calor, y su sabor, porque sabe que pasará un tiempo sin tenerlo, sin tocarlo, sin probarlo.
Karla lleva un camisón para dormir, que decide quitarse junto a su ropa interior, Paúl acostumbra dormir sólo con ropa interior, él dice pasar calor durante la noche, la verdad que debajo de las sábanas se está muy bien. Se acerca lentamente y lo abraza. Siente cómo su pecho desnudo se presiona contra la espalda de él, le rodea con el brazo, y acaricia su pecho, presionando dulcemente sus pezones, juega a seguir el camino que guían sus músculos abdominales, y llega hasta sus calzoncillos, siente su bulto flácido, y le roza buscando despertarle, siente la respiración de Paul, cómo va cambiando, se está despertando, ella intenta buscar su calor, y él empieza a tomar conciencia de lo que está ocurriendo.
A Paúl le gusta lo que está pasando, Karla no suele hacer estas cosas, no suele despertarse a mitad de noche para buscar placer. Él sabe que ella lo ama y lo desea, pero es una chica muy tímida y el dormir para ella siempre es prioridad, se siente rápidamente excitado, y aunque se intenta hacer el dormido para disfrutar de sus caricias durante más tiempo, Karla le nota despierto y se hunde bajo las sábanas para buscar su sabor; ella no suele probarle, y debe ser lo poco que lo hace que cada vez que se anima y baja a probarlo él disfruta y siente muchísimo placer; podía sentir cómo su pene se estaba poniendo rápidamente erecto, ella aún no le tomaba con su boca, y él lo deseaba, Karla bajaba besando el pecho de Paúl, siguiendo con su lengua sus líneas abdominales, Paul sabía hacía donde se dirigía, lo deseaba, Karla roza su pecho desnudo con el pene erecto de Paúl, y siente enseguida cómo sus pezones se endurecen, toma el pene de Paul entre sus manos, y acerca su boca, dando un beso de manera delicada a la punta del pene, pasa su lengua por todo el largo pene, y Paul puede sentir su boca cálida y húmeda, siente como el pene reacciona ante sus labios, y ella decide llevarlo dentro, acariciando con su lengua a medida que lo introduce, queriendo llegar profundo a su garganta, y volviendo a salir para apretar con sus labios la cabeza del pene, siente el sabor de Paul en su boca, puede sentir sus pezones sensibles, esperando el tacto, y siente una presión llena de deseo en su vagina, lleva su mano y siente su clítoris fuertemente preparado a ser rozado por Paúl, se nota mojada y penetra su vagina con sus dedos para acariciar el clítoris, la sensación de humedad le llena de placer.
Paúl al ver a Karla tocarse mientras le toma con su boca, decide que necesita probarla también, sentir esa piel suave de su vagina en su boca, dar un sorbo a su clítoris y sentir su respuesta; se levanta y toma a Karla por la cintura y la levanta hasta su cara, se acerca a su vagina y la besa, pasa su lengua por sus labios inferiores y siente su sabor, ese sabor a mar de amores, tiene el clítoris erecto, le encanta cuando la siente tan excitada, darle placer le excita de sobremanera, le absorbe el clítoris y Karla gime de placer, levanta sus manos y llega a su pecho, toma entre sus dedos los pezones de Karla y presiona suavemente, tiene el clítoris en su boca y puede sentir cómo reacciona ante la presión de los pezones, siente muchísima presión en su pene, desea penetrarla, se levanta rápidamente y le recuesta el cuerpo hacia la almohada, levantando su cadera y tomando con fuerza para penetrarla, sabe que es esta postura ella siente muchísimo placer, y la sensación de dominarla le da a él mucho placer también.
Introduce su pene en la vagina de Karla, y da un golpe fuerte, ella gime de placer, le toma fuertemente el pecho y acaricia el clítoris, siente su respuesta, ella quiere más, y él desea llenarle de placer, le da otro golpe, buscando llegar a su máxima profundidad, y es ahí cuando Karla le hace perder el control. Karla está invadida del placer, se siente llena completamente con el pene de Paul, cuando se mueve lo puede sentir acariciando en su interior, y la mano de Paúl tomando fuertemente su cintura le hace sentir tomada, necesita que Paul le lleve al placer definitivo, necesita llegar al coito con él, le pide que le dé fuerte, le encanta esa fuerza, llenarse de su masculinidad, Paúl toma a Karla por el cabello, con deseo, y su otra mano se posa en el clítoris de Karla, esto llena a carla de muchísimo placer y tras varios golpes de Paúl siente como un calor y placer invaden su cuerpo con movimientos espásmicos. Paúl al notar la rápida respuesta de Karla, se invade de placer y se deja correr dentro de ella, dando fuertes golpes en su interior.
Paúl cae sobre Karla y siente la respiración de ambos agitada, y el sabor de los dos se mezclan en sus bocas, y entre besos los separó el despertador, ese que indicaba que debía partir.
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