Aunque no soy buena para el celular, a menos que me envicie en algún juego, o vea una serie mientras almuerzo... Ahora que mi trabajo giraba en torno a él, puedo sentir su ausencia...
Al despertar solo prendía y apagaba sin ningún motivo, su pantalla negra mostrando la marca, y ese sonido típico al encender...
Aunque no lo uso para comunicarme más que para el trabajo, al estar sin él no se puede seguir...
Es extraño no sentirlo, aunque siempre se me perdía en los rincones de la casa, y lo mantenía en silencio...
Y al intentar usar las plataformas web darme cuenta que estoy aislada sin él, porque todo me pide código de acceso a través del celular...
Hace casi 10 años no me sucedía algo así, en ese entonces las cosas eran muy distintas, y esos meses sin celular no se sintieron tanto, pero hoy, cuándo estas a la espera de esas llamadas de las postulaciones laborales, se extraña, ese pequeño aparato, que hoy nos tiene esclavos como sociedad...
Es increíble el nivel de dependencia que el ser humano puede llegar a tener de un aparato, ya sea para pagar, enviar dinero, trabajar, jugar, estudiar, entre tantos usos que tiene...
Algunos ni siquiera se dan cuenta de su adicción al celular...
Descubrí que hasta ya tiene una definición llamada nomofobia…
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