EL DISCUTIBLE AMOR ROMÁNTICO 2 (FINAL)

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El romántico Roseau escribió en su época que aborrecía; no le gustaba nada la vil sociedad en la que le había tocado vivir, y por eso mismo se inventó un mundo inexistente; más brillante y con una óptima sensibilidad y manera de ser, pero que obviamente  estaba fuera de la realidad.

En efecto, nosotros hemos heredado esta clase de amor romántico en el que gravita nuestra ansia pasional que a mi modo de ver ahora está bastante apolillado.

El fillósofo y psiquiatra humanista alemán Erich Fromm decía que en nuestra sociedad predomina un sentimiento narcisista auspiciado por el desmesurado consumismo; importa más lo que se posee que lo que uno es; y esto es decir casi lo mismo que ser egoísta, y que por lo tanto las personas radicalmente egoístas aunque se muestren llevadas por la costumbre románticas son incapaces de amar de verdad a nadie. Es decir que el cómo nos gustaría que fuese de honesta y de ánimo generoso una sociedad, muy poca gente lo practica. Si precisamente hay sujetos que suben a los altares y se les venera es porque muchos de ellos han sido personas de una generosidad hacia los demás ejemplar, cosa que no es moneda corriente a pie de calle. Pues si el mundo fuese así de altruista y de honesto ya no habrían personajes a quienes honrar; no serían noticia, porque sería lo habitual.

Supongamos que yo voy al desierto y me muero de sed, y no encuentro agua por ninguna parte; de manera que yo no dejo de evocar el precioso líquido y de idealizarlo constanemente en mis sueños, hasta el punto que sufro espejismos. ¿Es este amor idealizado un espejismo, una ilusión de los sentidos que emana de la necesidad de ser apreciados, de ser queridos sin reservas por quienes nos rodean porque de hecho estamos atrapados en el "desierto" afectivo social a causa del estúpido egocentrismo imperante? Pienso que sí.

Como vivimos en dicho desierto que nos induce a buscar al Santo Grial del amor soñado, el cual  constituye un poderoso incentivo para juntarnos con alquien que nos atrae, se da el caso que no tardamos en decubrir que este Grial de santo tiene bien poco debido a su inconsistencia y a lo efímero que es; puesto que se puede romper, o desaparecer por cualquier tonta eventualidad, como por ejemplo puede ser el abandono moral del ser amado a causa de problemas económicos. o de incompatibilidad de carácteres. No estoy criticando el enamoramiento en sí, sino el falso trato grandilocuente y mítico  que se le da. Por lo tanto pienso que en la actualidad a tenor de este sublimado romanticismo no debemos esperar una estabilidad en todos los sentidos a largo plazo, porque según mi experiencia, lo que hoy sube, mañana baja.

Yo estoy muy convencido que esta predilección por el amor romántico; de la "novelita rosa" tiene mucho que ver con la sobrevaloración de la juventud de nuestro tiempo, la cual es fruto de un modo de ser volatil, simplista y frívolo. Hay muchos jóvenes que no piensan; que se enamoran y se desanamoran de alguien en un abrir y cerrar de ojos. Se ha impuesto en la sociedd un estilo de vida líquido y brutal en el que lo que hoy es blanco, mañana es negro; ahora te quiero,porque eres un santo y mañana te desprecio porque eres un diablo. Sobre este punto he podido constatar que los abogados especialistas en divorcios de pareja nos podrían dar innumerables ejemplos.Y a este tan inmaduro como pendular comportamiento humano se le llama alegremente tener "libertad de pensamiento y de movimiento"

Tan pronto como las viejas tradiciones y principios en los que se apoyaban nuestros "reaccionarios" abuelos quienes según las nuevas generaciones no sabían lo que era la libertad, han saltado por los aires ahora mucha gente anda confusa sin saber a qué atenerse como tortugas  sin cascarón, porque no hay ninguna solidez ni seguridad en nada.

Como el concepto del amor hoy por hoy es difícil de gestionar, pienso sinceramente que debemos de asumir la postura de los filósofos estóicos de la vieja Roma como Séneca Marco Aurelio y  sobre  todo Epicteto que enseñaban a vivir a sus contemporáneos en tiempos convulsos. Nos encontramos ante situciones caóticas de toda índole como familares y sociales que nos sobrepasan, y para que nos afecten lo menos posible es conveniente tomar cierta distancia de las mismas. En este caso no confiar  demasiado en la idealización del amor romántico por lo falso que es. Es decir, enamrarse sí, pero con un pie adentro de nuestra alma, y otro afuera en  el mundo, para poder salvaguardar nuestro equilibrio interior.

                                                              FRANCESC MIRALLES


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