LA RABIA - La Confesión II parte
Por piedradragón
Enviado el 07/08/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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Al día siguiente se quedo en la cama hasta tarde, había dormido mal y no se preocupó quien estaba en la casa, le daba igual, después de los triunfos conseguidos, que más daba si su vida era un desastre, casi dieciocho años y no recordaba nada importante, salvo su encuentro con Lina, pero lo que se dice afecto, dulzura, cariño, abrazos penetrantes de los que nunca te gustaría separarte, de eso poco, muy poco, lo que se dice nada. Edu, era el único, es que no había nadie más.
Sobrehumano fue el esfuerzo que hizo para levantarse, busco por la casa y no encontró a nadie, las habitaciones de su madre y Eugenia, estaban vaciás y con trazas de no haber dormido allí, ¡Menudo panorama!
Pasaron los días y llego el último examen, a la salida Edu, y él se felicitaron, ¡Por fin hasta el año que viene!
¿Que vas hacer ahora?- Pregunto Rami.
Me iré al pueblo con mis padres.
Suerte que tienes, yo no se que va a pasar Y le contó desde su encuentro con Lina, hasta la huida de Eugenia.
Joder Rami, no te lo pueden poner más difícil, toma alguna decisión o te hunden la vida.
Ya lo sé, ¿Pero que puedo hacer? Son todo palos y sin perspectivas de arreglo, pero alguna decisión tengo que tomar, no sé si tengo padre, madre... solo sé que no sé nada. Pero bueno a ti ¿Cómo te ha ido?
Y Edu, le contó que todo iba bien, su hermano por fin se había ido a vivir con su pareja, su hermana estaba fuera por cuestiones de trabajo, y ahora en casa solo estaban su padre, su madre y él, con lo que las relaciones eran todavía más intensas. También le contó que su madre preguntaba por él, pues sabía de sus penurias, en el barrio se hablaba de todo.
Pero Edu, tenía especial interés en relatarle lo que le pasó en las vacaciones de Semana Santa, cuando se fue al pueblo con sus padres. Una mañana bajo con su madre al pueblo a comprar el pan, al volver iban abrazados por el pinar y oyeron unos suspiros, miraron detrás de unas peñas y vieron a una pareja en plena relación, ella apoyada con las manos en una piedra y él la sodomizaba, estaba claro que no se movieron de allí hasta que el hombre se corrió dentro de la mujer, una vez que habían terminado se besaron apasionadamente y cada uno se fue por un camino distinto.
Edu que estaba calentito le pidió a su madre lo mismo, pero ella le beso suavemente en los labios diciéndole: Cada cosa en su momento, mientras le masturbaba con suma delicadeza para no hacerle daño por la gran excitación que tenía el chico.
A Edu, no se le iba de la cabeza lo que había visto en el pinar y, se pasó toda el día abrazando a su madre, rodeándola por detrás, dándole besos en el cuello... Después de cenar su padre se fue a jugar a las cartas al casino y su madre a la cocina, Edu se sentó delante del ordenador en su habitación, pasado un tiempo entro su madre, le beso el cuello con dulzura y le toco el sexo.
Veo que no se te ha olvidado, pero cariño todo a su tiempo, anda ven.
Si
Vamos te voy a desnudar y a poner el pijama. Pufff... Como estas comenzando a moverle de arriba a bajo la verga, le succiono varias veces el glande y dejo que se viniera.
Gracias mamá.
Ya sabes todo a su tiempo. Y ahora me voy que tu padre está al llegar.
Su madre se fue a su cuarto y detrás oyó que entraba su padre, lo siguiente fueron ruidos de amadores con experiencia, susurros al oído con risas cómplices Cariño como estas hoy, el niño te ha animado.
Despierta.
¿Que pasa? Es muy temprano dijo Edu.
Ven mi cielo, ven al salón que ahora te lo digo.
Bueno y Edu, se lavo la cara y bajó al salón.
Ven ayudame a subir el fuego de la chimenea, tu padre se ha ido de caza y mira como llueve. Ven a mi lado que tengo frió y estoy preocupada.
Pues vamos a tu cama y me acuesto contigo.
No, quiero que sea aquí.
¿Pero aquí, que tiene que ser?
Su madre que echó más leña al fuego se quitó la bata que la cubría, quedando totalmente desnuda, se tumbó cerca de la chimenea en unas pieles que había en el suelo, tapándose con otra,
Ven cariño, ven junto a mi y desnudate.
Que bien se quito la ropa y según se acostaba, su madre le iba acariciando por el cuerpo hasta ponerse encima de él.
Edu, le contó el gran placer que sentía teniendo el cuerpo de su madre encima, le contó cómo la podía acariciar desde la nuca hasta el final de su sexo, cómo ella le aprisionaba el pene entre sus muslos, cómo le ponía los pechos en la cara y finalizaba besandole en la boca, sorbiendo su lengua. También le contó cómo su madre se dio la vuelta encima de él quedando su culo encima de su falo, haciendo un movimiento para que sus glúteos lo rodearan por completo, comenzando un movimiento la mar de gratificante, así Edu, la podía acariciar la vagina con las dos manos y besarla en el cuello al mismo tiempo, no tardo la madre en levantarse, apoyar la cara en el suelo y de rodillas exponerle el culo diciéndole:
Ahora cariño ten mucho cuidado que hace tiempo que por ahí no lo hago. Coge esa crema y dame con el dedo en el agujero, date tu también en la punta, para que este muy suave.
Edu, le dijo, que antes de untar la crema beso, acarició, apretó con fuerza el culo que su madre le ofrecía, pasando por la entrepierna las manos para manosearle toda la vagina.
De verdad Rami, que no los oí llegar, solo sentí un metal frío en la nuca y vi la cara de terror de mi madre, me apartaron de un golpe, me sentaron en una silla, tapándome la boca con una cinta, atándome a ella. Eran tres, se tapaban las caras con gorros de lana hasta el cuello, solo los ojos se les veía, llevaban capotes de agua hasta media pierna con botas a las rodillas y por supuesto armados con escopetas de caza. - Hizo un descanso...
¡Dejalo Edu, dejalo!
No puedo tengo que contártelo todo, me ahogo, me odio, no hice nada. - Se le saltaba las lagrimas.
¡Dejalo! ¡Por favor dejalo! Si te voy a escuchar igual, desahogate, te voy a escuchar antes o después.
Continuara...
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