14 febrero 2024

     A estas horas de la noche, cuando la vida del hoy se cuenta en minutos, unas líneas de reflexión.

     Hoy, todavía, es 14 de Febrero. El día de los enamorados. Una efiméride que algunos tildan de puramente comercial, otros marcan en el calendario para compartir con sus parejas y no pocos, miran con envidia vestida de tristeza y soledad.

      Un conocido, ¿afortunado?, de amor primerizo, señalaba que eso del cariño se demuestra todos los días y que cualquier día es tan bueno, o incluso mejor, para hacer algo especial. Este tipo, un buen tipo de verdad, trabaja en el mundo de la publicidad, luego de esto sabe un poco.

      Pero hoy, además de ser 14 de Febrero, es miércoles. Un miércoles que pone fin al carnaval y da inicio a la Cuaresma. Miércoles de Ceniza, miércoles en que se recuerda que la vida, como casi todo, tiene fecha de caducidad. El ser humano es polvo y al polvo ha de volver.

   El carnaval, como símbolo del querer ser otra cosa, carnaval, fiesta de la carne, gozo temporal. El amor de pareja, que entre otras formas, también adopta el encuentro carnal... y como contrapunto a esto, la parte espiritual, la abstinencia, el mirar por el alma buscando, quien sabe, la promesa de la eternidad.

     El día 14 de Febrero de 2024 toca a su fin. Unos minutos más y se acabó. La noche, misteriosa, romántica, almacen de secretos. La noche de una gran ciudad, llena de historias personales que darían para libros y libros.

      Es hora de dejar que las palabras también descasen, es momento de dormir y soñar y quizás, solo quizás, vivir la otra realidad que se esconde en brazos de Morfeo.