Denunciar relato
El mundo comenzó a moverse como una persiana alicantina. De tanto movimiento me mareo, y las lágrimas fluyen como gotas de lluvia contra el cristal de la vida.
Mi té en la mesa, en esa taza que me regalaste, espera impaciente que me recupere de mi peor versión.
Duele la lluvia, duele el sol, duele la vida, duele el aire, duele el frío y el calor y yo espero despertarme para subir la persiana.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales