Un cuento echo Leyenda (1-1)
Por Merced 54
Enviado el 21/02/2024, clasificado en Ciencia ficción
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Hace miles y miles y miles, etc. de años, apareció un punto en el universo. Era un punto oscuro, donde poco a poco, con el trascurso de los tiempos, se fue formando un hermoso planeta. Un planeta donde fue acompañado por dos grandes amigos de hazañas, llamados Sol y Luna.
Ese punto poco a poco, como si un milagro emanara de su interior, creció un alma, fue desarrollándose una diminuta vida, la cual fue creciendo al par que ese planeta y sus dos grandes compañeros de juegos, cuidándola y velando por ella, día a día, mientras crecía.
Ese ser con el tiempo empezó a descubrir los sentimientos, el poder al mismo tiempo que un gran Ego fue carcomiendo sus extrañas, viendo a otros seres como invasores, como inoportunos y ladrones de todo lo que le pertenecía, de todo lo que su esencia daba vida en ese planeta.
Con el trascurso de los tiempos ese ser se volvió egoísta, miserable y ¿sobre todo?, muy protector de sus propiedades. Empezó a tener vida la superficie. Nacieron otras clases de vida, animales de todas las clases. Correteando por aquellos paisajes como si fueran propios, como si les pertenecieran. Pronto este planeta empezó a verlos como invasores, como forasteros, como un peligro para todo lo que le había costado levantar en tanto tiempo, mientras duro su crecimiento.
Decidió que tenía que echarlos, despedirlos de su casa, de sus tierras, provocando innumerables catástrofe naturales. Donde también les pidió ayuda a sus dos grandes amigos de juegos. Empezó a provocar que las aguas de los mares se movieran, la tierra temblara incluso provocándose ella misma fuego en sus bosques. Donde también parecía que se unió el ciclo del cambio rotatorio del planeta, haciendo que con su propia energía, rotara más rápido de lo normal, terminando por exterminar, toda vida que quedaba todavía sobre ella.
Parecía que esa esencia lo había planeado todo, minuciosamente para entablar una guerra y ganarla. Sin ningún miramiento, ni dejar una pizca de posibilidad de que alguien sobreviviera. Ni sentía sentimientos de remordimientos de lo que se estaba desarrollando en esos lugares. Con el paso de los tiempos, todo volvía a la normalidad. El planeta termino su ciclo rotatorio que solía hacer cada X tiempo, donde cambiaba el movimiento de rotación y incluso océanos y continentes sobre ella.
Con el paso del tiempo se sintió muy sola,¡ sí!, es verdad, cada vez tenía más variedades de plantas. Pero no tenía nada con que jugar, no tenía a quien amar, ni cuidar, ni ayudar a crecer. Empezó a sentir nostalgia por tener compañía. Empezó a sentir una pena que le invadía su ser interior. Donde incluso empezó a parecer que la superficie se secaba y se agrietaba de tristeza.
Se sentía triste, muy sola y sin ganas de vivir. Entendió lo que era crecer, madurar y dar vida a alguien que lo necesita. Entendió que no se podía vivir fuera de un ciclo, fuera de una convivencia, ni en soledad. Sus días eran vacios y tristes. Ya no había seres correteando por su superficie, ni en sus mares. ¡Sí! lo tenía todo. Era dueña y señora de todo, menos de una cosa. Del Amor, de sentir ser necesitado. Sentir como te tocan.
Nació con libre Albedrio, creció aprendiendo y decidiendo por sí sola, aunque todo aquello le salió muy caro con el tiempo. Aunque sus decisiones le pasaron factura, donde incluso llego a arrepentirse por haber tomado tantos caminos erróneos.
Un día sus dos grandes amigos notaron que su amiga no tenía nombre y ellos sí. Que solían llamarla amiga. Hablaron los dos, llegando a un acuerdo, en que tenía que buscarle un nombre y bautizarla para que se alegrara un poco, ya que siempre la veían muy triste. La llamaron Gaia, bautizándola dentro de la energía Grística.
Un día como de la nada, aparecieron unas criaturas del espacio, aterrizando en una nave. El planeta, empezó a vigilarlos, sintiendo por primera vez que volvía a ser valiosa para alguien.
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