LA POETISA 2 (FINAL)
Por franciscomiralles
Enviado el 22/02/2024, clasificado en Cuentos
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Aquella confidencia me hizo caer en la cuenta de que nosotros vivíamos inmersos en una mentira general dado que la sociedad aparentaba que se interesaba por la vida de los demás pero que en realidad ésta sólo daba valor a un quehacer utilitaro y prosaico de quien tenía a su lado, y rechazaba o ignoraba lo que uno pudiera pensar o sentir. Sobre todo del concepto de espiritualidad expresado a través de la poétca.
No era nada normal que por ejemplo yo fuera solo al cine a ver una obra maestra y que mi esposa se negara en redondo a acompañarme; o que no le diera ninguna importancia a los poemas que había conseguido publicar. Por lo visto yo para ella había sido un medio reproductor para crear una familia y nada más.
" Ruth me hizo recordar aquel día en que presenté mi libro de poemas en un Club Naútico en el que había un nutrido público, de un pueblo de la Costa Brava y recité algunos de ellos acompañado de músca por un notable organista.
" Un pellizco, una lágrima encendida...
Una encajada fiel y nocturna relaja mi esteril mirada.
Desde ahora soy un Fénx medio eterno porque aseguro el
último vuelo; el primer vuelo hacia lo inalcanzable".
Este fue mi último poema en aquel desgraciado día, y mientras lo recitaba yo observaba las miradas vacías de cuántos habia allí, y al terminar todos aplaudieron maquinalmente sin ningún entusiasmo.
- Es importante que los niños lean poesía, porque así aprenden a expresar sus emociones y sentimientos - dije en aquella ocasión-. Ahora, si lo deseáis podéis comprar en Secretaría algunos de mis ejemplares.
Pero mi oferta cayó en saco roto porque nadie adquirió ninguna de mis obras.
-¡Ahora lo que toca es dedicarte en cuerpo y alma en el negocio de la escuela y olvídate de soñar despierto! - me dijo despectiva mi mujer."
- Verás Ruth. Tienes que mentalizarte de que vivimos en una sociedad que tiene un lenguaje ajustado para desenvolvernos en un contexto vital muy pragmático; de cara al trabajo diario, y muy poca gente entiende de sutilezas metafóricas o espirituales- le aclaré yo a la poetisa-. Nosotros pertenecemos a un colectivo minoritario y debemos de seguir nuestro natural camino sin preocuparnos demasiado de las negativas críticas.
- Sí... Ya lo sé.
Tras una pausa ella añadió:
- Me alegra que nos comprendamos tan bien.
De súbito el local adquirió una aura mágica, especial en la que pareció que todo el entorno se desvaneciese, quedando sólo nosotros dos. Seguidamente la tomé con ternura de una mano y como llevados por un singular magnetismo nos besamos con calidez en los labios. Pues nunca me había sentido tan dichoso como en aquel momento.
Por eso mismo que decidí apretar el acelerador; es decir concretar aquella situación porque lo que deseaba de verdad era estar con Ruth un tiempo indefinido.
- Oye. Ruth. Me gustaría que nos volviésemos a ver. Me tienes que dar una respuesta sobre lo que te he dicho de publicar tus poemas. ¿Nos vemos este jueves próximo en este mismo sitio? - le sugerí sin soltarle la mano y mirándola con afecto a los ojos- . Creo que tú y yo nos podríamos llegar a entender muy bien.
- Eres muy amable, Lo siento pero no puedo. Aunque mi marido es aburrido y no entiende mis poemas, es un buen hombre, y yo no lo puedo traicionar.. Tú me propones una herrmosa aventura, pero él me ofrece confort y seguridad. Ya ves que soy sincera, y a ti no te puedo engañar.
Y dicho aquello la poetisa se levantó de su silla y salió con su carpeta de aquel PUB para perderse en la vía pública.
Vaya. Yo siempre peco de romántico y me olvido de lo que me dijo un amigo muy mujeriego un día. Que una mayoría de féminas por muy sensibles que sean, biológicamente siempre se les impondrá su vertiente práctica y se unirán al sujeto que por anodino que fuese, sea capaz de ofrecerles un óptimo estatus socioeconómico que está en relación directa con los hijos que ellas pueden tener.
FRANCESC MIRALLES... ..
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