Teresa era una chica muy enamorada de Rodrigo. Ambos, desde que se conocieron en una discoteca una noche de sábado en el año 2000,deseaban estar el uno con el otro a cada instante. Vivían separados por trabajo, pero eso no impidió que iniciasen una relación de pareja que cumplía ya cuatro años.
Rodrigo era un chico muy familiar y trabajaba duro en la capital, pero le gustaba dar sorpresas a su familia que vivía a una hora de Madrid. El 10 de Marzo al salir de su turno de trabajo, decidió ir a felicitar a su hermano pequeño por su cumpleaños. Se subió a un autobús al salir del trabajo, y llegó a tiempo para la fiesta.
El esfuerzo había merecido la pena, y esa noche llamó a su novia para contarla lo bien que lo había pasado y que le tocaría madrugar para regresar a Madrid a trabajar pues entraba a las 8 de la mañana al curro.
Medio adormilado se sentó en el autobús y se dispuso a dormir tranquilamente, ya que esperaba bajarse en la última parada y así enlazaría en Atocha con un cercanías y todo resuelto. Entró en un profundo y relajado sueño, hasta que, de repente, algo le despertó bruscamente y sobresaltado se bajó del autobús con varios pasajeros más, tropezando con los escalones, y al ver como se alejaba el autobús, se dio cuenta que esa no era su parada.¡ Ahora tendría que dar un rodeo para llegar a su trabajo!
Al poco, mientras Rodrigo daba su rodeo, y llegaba a su trabajo se producían diez explosiones en cuatro trenes de la Red de Cercanías de Madrid.
Mientras tanto, a 200km de distancia de allí, Teresa entraba a su trabajo y una compañera le informaba que acababan de decir por la radio que en Madrid se habia producido un atentado en unos trenes en Atocha.
El corazón de Teresa empezó a latir tan fuerte que apenas podía respirar. Temblorosa, cogió su móvil para intentar llamar a Rodrigo. Imposible contactar con él, pues no había conexión telefónica. Con la sensación de estar flotando en una oscura burbuja, intentó como pudo continuar con su trabajo. A las 2 o 3 horas, sonó su teléfono, apenás podía descolgar de lo nerviosa que se encontraba. Era Rodrigo para decirla que se encontraba bien, y que iba a donar sangre para los heridos.
Esta pareja cada 11M recuerda ese momento. 194 personas no tuvieron tanta suerte y sus familias recuerdan con horror ese fatídico día. Desde aquí, mi recuerdo para las victimas y los heridos de ese brutal atentado.
(Este relato es real (y solo los nombres son ficticios) . Los protagonistas somos mi marido y yo).
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