CONTRATAQUE RETERRORISTA.
SAN SEBASTIAN, (Guipúzcoa) 7 de mayo de 2012.
08:00 AM.
Desde la acera de enfrente se veía mucho ajetreo en la entrada principal de la sede de Bildu, los terroristas entraban entre sonrisas y bromas dispuestos a ocupar sus flamantes oficinas para dedicarse ahora, a la Democracia. Algunos salían en grupos entre risas y con total tranquilidad, de la cafetería que estaba en la acera donde él se encontraba. Curioso (pensó), tal y como debió hacer Miguel Ángel Blanco, unos años antes. Nadie reparó en la vieja bolsa plástica de Hipercor que portaba en la mano, sin duda una auténtica reliquia que había guardado para este momento. Ya sabéis, al estilo de los americanos cuando firmaban y dedicaban las bombas para los japoneses después del ataque a Pearl Harbour. Nunca pensó que se atrevería a llevar acabo el acto que estaba apunto de cometer, pero las decisiones políticas tomadas por el Gobierno en los últimos años, que habían permitido a terroristas de ETA aparecer e las listas electorales en partidos políticos de reciente formación, fundados por organizaciones claramente pro-etarras; verlos exigir con chulería y desprecio al estado español, lo habían llenado de rabia y de impotencia, puesto que al el la Democracia le habían costado su mujer y su hija. No podía ser que esta gente por haber matado a tantos inocentes, recibieran como premio, un buen sueldo y un acomodo social importante. No sin que conocieran el otro lado de lo que ellos mismos habían creado. Total, ¡¡igual después de hacerlo hasta le daban un puesto de concejal, o mas importante¡¡¡, como a Urkuyuz, ¡¡¡¡¡¡¡¡ .Quien sabe, todo era posible ¡¡¡.
Asique ataviado con una cazadora de lana blanca al más puro estilo vasco, con una chapela en la cabeza, gafas de sol oscuras y la bolsa de Hipercor con el regalito dentro; cruzó la acera y se dispuso a entrar en el edificio. Los colores de la Izcurriña inundaban el recibidor y la entrada principal junto a carteles que rezaban reclamaciones de independencia para el País Vasco, y sutiles improperios dedicados a España. Habían muchas personas comenzando con sus tareas ya que era primera hora de la mañana; conserjes, personal de limpieza, etc hasta dos chavales de dos mensajerías hacían bromas en la entrada junto a sus motos de reparto; además de los políticos que iban llegando. Entonces mientras avanzaba hacia la zona de los servicios pensó: (Que tranquilidad ¡¡ a partir de mañana nadie entrará aquí sin pasar por un detector de metales, y ninguno de los cargos del partido saldrá sin escolta. Entonces, ya podrán decir que se parecen a una fuerza política del País Vasco de los últimos 40 años, y podrán sentirse, iguales). No podía soportar el mensaje y la negociación Gobierno Español-ETA claramente: a ver, chicos malos (asesinos) si dejáis de matar nos olvidamos de todo y aquí nadie paga por las víctimas. Aaaahhh ¡¡¡¡ y además os presentáis a las elecciones ¡¡¡¡¡¡¡
Entró en el servicio de caballeros que por suerte estaba vacío, aunque en realidad le daba igual quien estuviera dentro; ya había tomado la decisión y nada iba a pararle. Estos hijos de puta le habían arrebatado a su mujer y su hija en el atentado de la casa-cuartel de Santa Pola el 4 de Agosto de 2002, ellas no tenían nada que ver con su mierda de independencia de los cojones, y él no había conseguido levantar cabeza, en estado de baja permanente en el cuerpo, el alcohol y las drogas le habían alejado de la realidad a causa del dolor de la inexplicable y absurda pérdida. Era su día.
Entró en uno de los cubículos separados por mamparas y se quito las gafas de sol colgándoselas de la pechera de la cazadora. Abrió la bolsa, activó el dispositivo y afinó el teléfono móvil. Volvió a cerrar la bolsa de Hipercor y la escondió detrás del retrete. En quince minutos la muerte de las dos cosas que mas quería en el mundo, no habrán sido en vano. Salió de los servicios, y puso rumbo a la entrada principal la cual el ahora veía como salida principal; se detuvo justo a la salida poniéndose de nuevo las gafas de sol, se coloco el auricular del mp3 que llevaba en su bolsillo y preparó una de sus canciones favoritas. Le dio al <play> y comenzó a sonar a través de sus auriculares, Duncan Dhu: En algún lugar. Sin mirar atrás salió con paso tranquilo y con voz clara sin dejar de caminar, dijo: Agur, cabrones, saluden a mis niñas cuando lleguen.
Cuando ya se había alejado unos trescientos metros, una mujer joven con una niña en un carrito lo paró. Se quitó el auricular para escuchar a la mujer y esta le preguntó:
-Disculpe caballero, ¿por donde queda la sede de Bildu?
El resopló disimuladamente mirando en la dirección en la que se encontraba la sede. Finalmente dijo:
-Debe ir usted por esta calle hacia arriba todo recto y lo verá sin pérdida.- Al decir esto señalo en la dirección totalmente contraria a lo que buscaba la mujer. La mujer le dio las gracias y el continuó volviéndose a colocar el auricular para seguir escuchando:
mientras grita que no va a volver ..na,nana,narana, ..
Silbando la melodía se perdió entre la gente y la ciudad.
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