Esta mañana escuché por la radio que hoy era el día internacional del beso. Inmediatamente, mi cabeza empieza a divagar y a pensar en las veces que besamos y como besamos.
Lo más habitual es besar por costumbre, esos dos besos que significan más bien poco o nada y que la mayoría de las veces es un choque de caras sin ningún sentimiento ni sentido. Al final, ya no sabemos si es costumbre o es un beso, porque es tan automático que no sentimos nada. Yo siempre huyo de esos besos e intento saludar de otra manera, porque no me gusta besar por besar.
Después están los besos fantasma, que todos sufrimos cuando queremos besar a alguien, pero por vergüenza, porque pensamos que no es el momento o por miedo al rechazo, no damos y ahí quedan, dentro de nosotros, atrapados y sin poder salir.
También están los besos robados, mezcla de incertidumbre y deseo en tu interior y que tan mágicos son a veces.
Los besos de cariño, tan necesarios en los malos momentos, reconfortan y te dan fuerzas, haciendo que no te sientas tan solo en el mundo, de despedida, cuando alguien a quien quieres mucho se marcha o de reencuentro, cuando vuelves a encontrarte con esa persona que lo es tanto para ti.
Y también están los besos de amor, tan bonitos cuando se dan entre dos personas que sienten lo mismo, que se complementan y que saben que están unidas por algo que no saben explicar..... y los besos a un hijo, tan puros y que tanto amor desprenden cuando los das.
¿Damos suficientes besos?
¿Son besos sinceros o los damos por costumbre?
Yo beso poco e igual debería ejercitarlo más, pero los besos que doy son besos y solo besos, y quien los recibe sabe que son auténticos y no una costumbre o tradición.
Te invito a reflexionar unos minutos, después de leer esto, cómo son tus besos, y si hay algo que te gustaría cambiar en ellos.
¡Buen día internacional del beso!
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales