No estoy segura de cómo expresar esto, siquiera estoy segura de lo que quiero transmitir hoy. Estoy bastante confundida con lo que siento y con lo que pienso. Sucede que por la mañana quiero que tener la atención de todos mis amigos, sus mentes estén ocupadas plenamente de preocupación por mí, pero al mediodía no los quiero tener más encima, cuando comienza a ocultarse el sol, vuelvo a querer tenerlos cerca, y en la noche es un deseo de ambas cosas.
Siempre critiqué este tipo de conductas, utilizando etiquetas como tóxico, egoísta, mal amigo, y aún lo mantengo. Pero actualmente soy todo eso.
Considero que hay que tener en cuenta el hecho de que hace unas semanas recaí demasiado, a tal punto de llegar a una zona totalmente nueva para mí. Un abismo mucho más peligroso. Digamos que pude salir de eso (aún desconozco cómo lo logré), pero se sintió bastante realista cuando deslizaba la lápicera por la hoja gruesa del cuadernillo que usaba para expresarme en dibujos y relatos a medio terminar. Esta vez no era un capítulo de una novela o un garabato pobre de unos ojos humanos, sino que era mi carta suicida. Eran mis palabras que pasaban de mi mente, una dimensión abstracta, al papel, con un pulso histérico, a la dimensión de la realidad. Cada párrafo es una disculpa para quienes según yo había fallado, y en ese momento, en aquella noche tan difícil, sentía que era culpable de algún crimen grave, y que no había manera de solucionarlo. Por eso mis ganas de morir.
Entonces, cabe destacar estas cosas para trasladarnos a la realidad. Mis emociones son una montaña rusa, ya no las puedo controlar y mis reacciones ya no son predicibles. Me volví mucho más egoísta y quiero tener a todos a mi merced.
¿Realmente soy una mala persona?, ¿Por qué acabo lastimando a los que más quiero?.
Me estoy alejando, estoy envejeciendo, estoy desperdiciando mi potencial, estoy ignorando muchos problemas, me estoy muriendo. Mi ser se está muriendo. Lo que tanto aborrecía de adolescente, aquella monotonía, una existencia sin razones, ahora es parte de mi día a día. No me siento útil o valorada si no es con mis amigos, y sobrepienso demasiado las cosas. Sobrepienso cuando no me contestan al instante o al poco tiempo, si los veo conectados en otras redes y están hablando con alguien más pero mi chat sigue sin abrir... Sobrepienso sosbre cuánto de intensa me habré convertido como para que dejaran de buscarme con tanta intensidad que tenían al principio. Mi mayor preocupación es perder a mis amigos, y sobrepienso si ya está ocurriendo.
Ya no puedo distinguir cuánto de mis pensamientos son fantasía y cuánto es real, Ya no estoy segura de lo que siento o de lo que quiero, después de todo, no puedo evitar creer que no paro de equivocarme. ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿Tendré que pedir perdón setenta veces?, ¿alcanzará?
¿Por lo menos les sigo importando?
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