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Mi vida de veintiañero iba normal hasta que un día en el trabajo vino una familia a cenar. Los había visto entrar antes de entrar a la cocina cuando percibí algo insólito que no sabía interpretar:
-Julian te pasa algo
-.. Eh no, nada Natalia, no te preocupes-. Le dije a la camarera de la barra.
-Es que te has puesto blanco, n o estarás mareado?
-Nada, nada.
Me fui a preparar las peticiones pero no me los quitaba de la cabeza. Cuando llegaron las suyas decidí acercarme a llevárselas para asombro de Natalia y demás comensales:
-Buenas noches señores, les traigo la cena desde la misma cocina.
-Oh gracias, no tenía que haberse molestado-. Contestó la mujer.
-Quería hacerles el honor, ya que nunca los he visto por aquí de darles a probar mi plato estrella. No se preocupen que es regalo de la casa.
Los niños se emocionaron mucho, sobretodo por la pinta que tenía el plato:
-Muy amable, muchas gracias-. Me contesto el hombre sorprendido y agradecido.
-Que aproveche.
Y me fui.
Me fui al baño.
A llorar.
Lo había visto. Solo había rozado al hombre y a uno de los niños a dejar los platos, pero ya no había marcha atrás. Fue horrible y será horrible. Tenía que evitarlo, tenía que modificarlo. No paraba de pasearme por el baño, tenía que hacerlo bien para que me creyeran porque sino…
-¡¡Julián!!-. Era Natalia aporreando la puerta.- Llevas ahí un buen rato y necesitamos un cocinero, por si no lo sabías.
-Natalia necesito un favor-. Dije abriendo la puerta con ímpetu.- Cuando vayas a cobrar a la mesa 20 me avisas ¿vale?
-¿Se puede saber qué te pasa? Estás muy raro.
-Es muy importante.
-Vaale-. Dijo poniendo los ojos en blanco.- Pero ponte ya a trabajar que llevamos retraso por tu culpa.
Estaba muy nervioso, no sabía si iba a funcionar. Pero tenía que intentarlo, simplemente no había otra opción. Cuando Natalia me avisó, salí corriendo y los intercepté en la puerta:
-Esperen un momento por favor.
-¿Qué pasa?-. pregunto el hombre
-Tienen que escucharme es muy importante, sañgamos a la puerta-. Los niñso empezaron a jugar aburridos por la espera y sus padres me miraban espectatnes.- Lo que les voy a decir no se lo van a creer en un primer momento. Pero da igual si lo hacen o no porque solo tienen que modificar ciertos hechos para que no ocurra.
-¿El que?-. pregunto la mujer ya un poco incrédula.
-Mira joven, gracias por la comida, tu plato estrella estaba buenísimo pero tenemos prisa. Ya ves como se nos ponen los críos cuando nos demoramos un poco.-. dijo el hombre señalando la algabía que estaban formando sus hijos. Se dieron la vuelta finalizando la conversación pero los detuve.
-Van a morir de una forma muy trágica. Haganme caso y lo podrán evitar-. En el acto se giraron hacía mi con cara de enfado. La mujer les gritó a los hijos para que se estuvieran quietos y me miraron con cara de pocos amigos.
-No estamos para gilipolleces, amigo-. Dijo la mujer.
-Dejenos en paz-. Siguió el hombre.
-Van a coger ahora el coche para volver a casa, un audi azul eléctrico. ¿verdad?-. Ellos se miraron preocupados.-
-¿Cómo…
-En la carretera N17, por el otro sentido va a venir un camión cuyo conductor va a ir mirando el móvil y se va a desviar al centro de la calzada. Su mujer va a dar un volantazo para evitar el choque saliéndose de la carretera. Darán dos vueltas de campana en las que morirán dos de sus hijos. Usted señor se desmayará por golpe en la cabeza y usted intentará salir para sacar a sus hijos. Estará coja por fractura de rodilla e irá arrastrándose hacia un lateral, en el que verá a los dos niños anteriores muertos. Su gritó desgarrador despertaraá a su marido que pedirá ayuda. Irá en su busca y lloraran juntos. Entonces su marido intentará coger a su último hijo, el cual está vivo dándose la vuelta y sacándolo por el asiento del copiloto. Pero mientras su marido lo eleva para que usted lo coja desde arriba el motor emite un sonido particular. Usted le dice a su mujer que se aleje con su hijo en brazos pero no le da tiempo ya que el explota el motor incediandose el coche y muriendo todos.
Lo había contado todo, todo lo visto en un par de flashes. El problema no es la cara de miedo del matrimonio sino la gente que se había congregado alrededor.
-Por favor eviten esa carretera.
-CHARLATÁN
-NO LE HAGAN CASO, SOLO QUIERE GANARSE UNAS PERRAS.
-Julian, se puede saber que coño estás haciendo-. Gritó Natalia desde la puerta
Me la sudaban todos, solo quería que me creyeran ellos dos, bueno ni eso, que evitaran la carretera por el y si si. Solo quería eso, solo…
-¿Cómo has sabido nuestro coche?-. preguntó la mujer.
-Lo he visto…Pero no como ustedes creen.
-¿Nos puedes dar una explicación?-. dijo el hombre
-NO SE CREAN NADA…. Yo también tendría miedo si alguien me viene con esa hisotira… ¿y que harias tu Puri? … porque yo no echaría por ahí… no digo que me lo crea…. MENTIROSO….estos jóvenes se drogan y dicen barbaridades….
-DROGADICTO
Escuchaba a toda la gente hablar y no podía concentrarme, no quería decir por qué lo había visto, no quería rebelar mi secreto, solo lo sabía mi madre y mira cómo acabó, nadie lo entendería, nadie me entendería, mi mundo cambiaría bruscamente y no para bien… pero sino lo decía…
-Verán puedo ver la muerte de todo el mundo al que toco. Cuando les he servido los platos lo he visto…
-A mi me suena a espectáculo del local y han decidido tomarnos el pelo a nosotros que somos nuevos, cariño-. Dijo la mujer. La purga se calló asintiendo a ese razonamiento.
-Claro, porque sino iba a servirnos solo a nosotros el cocinero, y maás a reglarnos su plato especial.
-Por pago de está función que tenemos que soportar-. Terminó la mujer
-No, noo se equivocan, por favor no me crean pero echen por otro lado, POR FAVOR.
-Ahí que ver Puri, si este se dedicara a actor en lugar de cocinero le iría mejor…
-CALLENSEN USTEDES, TODOS. ESTO NO VA CON NADIE. Por favor háganme caso-. Yo ya estaba puesto de rodillas, suplicándoles. No podía creer que no me hicieran a hacer caso.
-Buena actuación. Inolvidable lugar. Gracias-. Dijo el hombre a Natalia, la cual actuaba como lo que el matrimonio había deducido. Se dieron la vuelta y se largaron
-Por favor, esperen, no se vayan…-. Lloraba de impotencia, no me lo podía creer.
-Bueno señores, despejen la calle, la función a acabado. Gracias-. Natalia se acercó a mi mientras los demás se marchaban.- Levantate ahora mismo y vé a la sala de reuniones-. Dijo con tono amenazador.
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