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La nube dorada dormí, abrazando
El pecho gigante de un farallón.
La noche pasó con el alba llegando.
El sol destelló dando su esplendor.
La nube dorada dejando su cama,
Jugó con el cielo profundo, azul.
Su vida tan corta mezcló con el drama,
La obra ligera cubierta con tul.
El pobre gigante, enorme belleza
Estuvo pensando en su soledad.
Llegó el dolor y llegó la tristeza,
Llegó la tortura con su crueldad.
Inspirado en un poema del poeta ruso Mikhail Lermontov
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