Denunciar relato
Supongamos que al cruzarnos, no nos sentimos como extrañas, que la decepción y el dolor no se refleja en nuestras caras.
Supongamos que nos miramos a los ojos, y al hacerlo atravesamos esa coraza que nos aprisiona y dejamos de fingir indiferencia.
Supongamos que desnudas, nuestras almas hablan de nuevo y se sienten por fin en paz.
Supongamos que es real, porque ambas conocemos la verdad.
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