Si eres el océano

Por
Enviado el , clasificado en Cuentos
308 visitas

Marcar como relato favorito

Si eres el océano, yo soy el sol, que se refleja en tu vasta superficie cada mañana y te sumerge cada noche. La gente dice que el sol se esconde detrás del horizonte, pero no es cierto. El océano se extiende más allá del horizonte y captura el sol en su abrazo.

Si eres el árbol, yo soy tu sombra, que atrae a los caminantes a descansar por un corto tiempo en un día abrasador. En ese momento no te sentirás solo porque crees que estás ayudando a las criaturas vivientes a escapar del calor. Pero también soy parte inseparable y silenciosa de ti. Sin mí no puedes existir.

Si eres el viento que vuela a través de un castillo grande y antiguo, yo soy el eco cantando en sus salas infinitas. La gente piensa que los fantasmas los asustan durante las noches, horriblemente aullando en las esquinas oscuras. Están equivocados, porque no hay nadie y nada en ese espacio vacío, excepto tu y yo.

Si eres la lluvia en una red de carreteras, yo soy la dispersión interminable de charcos. La gente trata de protegerse de ti con paraguas, pero no pueden escapar de mi. Juntos convertimos nuestro Universo en millones de pasos hechos por pies empapados.

Pero la realidad es que soy sólo una botella de vodka y tu eres el alcohólico tonto y ordinario. Todas las mañanas me miras con tanta tentación que no puedo resistirte y me abro toda a mi misma para otra bebida. Todas las tardes estás desperdiciado, tendido debajo de la mesa como un pedazo de leña.

Chupas de mi cuello sin ninguna ternura, pero sólo quiero una pequeña caricia de ti. Nunca me besas, nunca me acaricias con tus manos ásperas y cansadas. A veces me culpas por hacerte víctima de mi crimen eterno y cruel. Pero soy yo quien es la víctima. Te he dado toda mi vida.

A veces me compartes con tus amigos sucios como una prostituta, pero está bien, no me importa. Puedo ser lo que quieras para ti, porque te amo tanto!

Tu me amas también. Yo lo sé. Aunque tu amor es extraño y violento, me he acostumbrado. El amor no existe sin dolor. Incluso cuando me arrojas contra la pared, me amas. Estoy segura.

Hoy me echaste contra la pared otra vez y ahora estoy quebrantada. Mis fragmentos de cristales yacían en el suelo, reflejando el cielo azul y sus nubes flotantes. Oh, esto no es el cielo, es un techo grasiento y las nubes son tu humo de cigarrillo, flotando lentamente sobre mis ojos. Una gota de vodka gotea de uno de los fragmentos, pero no es una gota, es una lágrima que contiene la angustia completa de nuestra complicada relación. Pero no te preocupes. Todo estará bien. 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed