La esfera 2/8

Por
Enviado el , clasificado en Terror / miedo
98 visitas

Marcar como relato favorito

Tenía el color de la leche, la densidad de la leche, pero a todas luces eso no era leche, un sabor ácido algo picante me inundaba la garganta, rápido me dirigí a la nevera y me enjuage repetidas veces la boca con agua, tarde varios minutos en sacarme todo ese sabor nauseabundo de la boca, de repente una sensación de terror invadió mi cuerpo, ¿y si la cabra había enfermado?,¿ Y si se había enfermado todo el ganado?,no podría hacer frente al gasto que supondría renovar a todos mis animales, y que demonios eran mis animales ¡les había cogido cariño! 

Me senté en la silla y me puse a pensar, lo mejor sería llamar a un veterinario, pero el del pueblo había fallecido unos meses atrás no quedaba más remedio que llamar al del pueblo de al lado, además parecía que últimamente estaba muy ocupado debido a que era el unico veterinario de la comarca. 

La llamada al veterinario me tranquilizó, era posible concretar una cita hoy y me garantizo que sin falta acudiría por mañana. 

Cuando quise darme cuenta ya estaba amaneciendo así que me dispuse a devorar el desayuno improvisado con la intención de empezar cuanto antes el trabajo.

Primero me dirigi a la cuadra, un purasangre negro me esperaba amitoso, lo acaricie y podria asegurar que parecio gustarle. 

-¿cómo estás muchacho.- 

Claramente el animal estaba en perfectas condiciones, siempre hacía lo mismo, me preocupaba de más, un vistazo a las vacas me bastó para tranquilizarme, de todos modos tenía mucho trabajo que hacer y los albañiles estaban al llegar, decidí no preocuparme de más y seguí aprovechando la jornada. 

Al poco tiempo vi acercarse un motocarro, un hombre cano y una joven con la expresión de una persona apasionada por su trabajo se dirigieron de forma enérgica a donde me encontraba Alce la vista aliviado de que el veterinario hubiese llegado tan pronto,estreche la mano a ambos y lo dirigí directo a la cuadra de la chota mientras su asistenta echaba un vistazo a los demás animales. 

La cabra estaba apacible en su zona y una inspección visual no revelaba nada fuera de lo común 

-Veamos,¿que tenemos aquí?.-Murmuró con aire cansado el especialista . Se agacho y empezó a examinar al animal 

-¿y bien?,¿es grave? .-pregunté inquieto . 

Me pregunto acerca de la alimentación del animal y me sugirió que le diera un descanso y no la ordeña durante un tiempo, me explico que aunque poco común, no era algo extraordinario lo ocurrido, me comunicó que tomaría un par de muestras y le realizarian los análisis pertinentes -¡Menudo pura sangre tienes aquí!.- comentó la joven desde la cuadra del caballo . Le expliqué que mi intención era tener una pareja para cria, pero que debido a su elevado precio sólo había podido adquirir al macho

-Es una pena, no hay nada que dé más vida a una granja que unos cuantos potrillos correteando de aquí para allá.- 

A la joven se le notaba que estos animales le maravillaban, acordamos que si en algún momento adquiriera alguno nuevo se lo haría saber, sinceramente prefería la compañía de la joven a la del viejo, y no pude evitar sonreír cuando me comunicaron que la muchacha tomaría el lugar del veterinario del pueblo y que las futuras visitas las realizaria ella. Me despedí de ellos no sin antes volverme asegurar que no tenía nada de qué preocuparme y que se pondrían en contacto conmigo cuando tuvieran alguna novedad. Cuando me disponía a cargar la última alpaca de trigo los escuché, el sonido de ese motor cuatro tiempos se escuchaba a kilómetros antes de cruzar el límite de mis tierras. 

Blacko me sorprendió con un comportamiento poco común, empezó a arañar la puerta y a gemir como si quisiera entrar dentro del hogar 

.-¿que lloras?¿tienes hambre chico?.- me acerque a la puerta y la abrí, y una bola de pelo negro entro a dentro a la carrera 

En esos momentos el ruido del motor se acrecentó, la furgoneta giro y aparco a la sombra que proporcionaba mi casa

Todo transcurrió con normalidad, nada fuera de lo común lo único que me llamó la atención fue la exagerada velocidad de trabajo de los albañiles ,definitivamente había tomado la mejor decisión al contratarles. 

Pasaron tres semanas y ya tenia habilitada la parte superior así que decidimos que la siguiente semana comenzarían con el sótano, si lo hubiera sabido entonces habría pagado a los albañiles, cogido a mis animales y huido de ahí. 

A la semana siguiente todo continuó como estaba planeado, llegaron los albañiles dejaron su herramienta de trabajo y se dispusieron a comenzar a levantar todo el suelo del sótano mientras yo me dedicaba a realizar mis tareas 

Fue a media mañana cuando me dirigía a almorzar que empecé a notar un olor nauseabundo por toda la casa, extrañado me dispuse a buscar el origen de aquel miasma, y no tarde en percatarme de que provenía del sótano, así que decidí echar un vistazo 

Apoyado en el marco de la puerta que daba al sótano no pude evitar llevarme la mano al aboca, una bofetada de olor a humedad y moho sacudió mis fosas nasales, realmente como habían predicho los obreros la situación era lamentable 

Debajo de los tablones de madera, se había acumulado una sustancia oscura similar al lodo, que los albañiles se esmeraban para sacarla mediante cubos y palas.

Como no se percataron de mi presencia, y no veía adecuado interrumpibles con una tediosa conversación decidí continuar con mi faena. 

Mientras subía las escaleras me percate de un detalle, ¿Donde estaba Blacko?,¿dónde demonios estaba mi perro?

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed