¡QUIERO UN NOVIO! 3 (FINAL)
Por franciscomiralles
Enviado el 01/06/2024, clasificado en Cuentos
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Mas ay.Sólo parecía que Nieves había hallado la felicidad, porque al cabo de un tiempo de convivencia con el guapo Roberto ella tuvo que lidiar con la hostilidad de los hijos de este quienes no aceptaban que ella ocupara el puesto de su querida madre. Además al matrimonio le sobrevino una desgracia puesto que el abogado cayó enfermo de una grave dolencia en los huesos, por lo que se vio obligado a desplazarse de aquí para allá en una silla de ruedas y claro está la mujer lo tenía que cuidar en sus necesidades con el agravante de que tenía que soportar su malhumor a causa de aquella situación extrema. Ciertamente la vida no era un camino de rosas; no era lo que ella se había imaginado de la vida en común con otra persona en la que podía surgir cualquier eventualidad como era en aquel caso, y por tanto ahora la chica de un modo gradual empezó a aborrecer a aquel hombre y cuánto le rodeaba.
Por aquel entonces, Roberto quiso darle un aire nuevo a su hogar y contrató a un amigo suyo llamado Felipe que tenía cierta fama de ser un excelente decorador de ambientes interiores, el cual en sus ratos libres era asimismo un buen pintor de cuadros retratistas. Y en una ocasión en la que Nieves atendió sola al artista porque su marido había tenido que ir a la oficina, mientras el amigo de Roberto estudiaba aquel entorno ambos empezaron a congeniar sobre sus respectivas parejas; pues Felipe que tenía una pinta de bohemio, al igual que el abogado también estaba divorciado de su mujer y sólo compartía con ella un hijo de veinte años.
- Tu amigo Roberto tiene muy mal genio - se atrevió a confesarle Nieves al decorador.
- Bueno. Tiene un carácter bastante especial. Y con lo que le ha caido encima es normal que se sienta dfraudado de la vida - le respondió Felipe.
Pronto Nieves se interesó por los cuadros que pintaba aquel hombre y éste se sintió profundamente comprendido por aquella dama. No siempre se encontraba con alguien que le hablara de lo que realmente le apasionaba.
- Espero que un día me hagas un retrato a mi - le dijo Nieves con coquetería; con mucha insinuación.
- Dalo por hecho.
A continuación, ambos como impulsados por una irresistible atracción que estaba por encima de cualquier convención social, se besaron con ardor en los labios y acabaron haciendo el amor en la cama de matrimonio que había en la casa.
Si Nieves se había enfriado con Roberto, en aquellos momentos se le antojaba que era un hombre insoportable. La mujer empezó a verse con Felipe con regularidad, hasta que ella decidió cambiar de vida. Se iría a vivir con el artista en su apartamento sin pensarlo dos veces. Y asi se lo comunicó al irascible Roberto a quien dejó muy triste en su silla de ruedas.
- Me he enamorado de Felipe, y esto no lo puedo remediar - se justificó ella.
- Ya hablaré con un compañero de la oficina para que haga los trámites del divorcio - le anunció él con sequedad-. No sabía que fueras tan egoísta. y tan inmadura - la acusó él con una rabia contenida.
Nieves se instaló en el nido de Felipe, pero el infortunio volvió a cebarse con ella..Aquel artista tan alegre y bohemio sufrió un cáncer de páncreas y nuevamente Nieves lo tuvo que cuidar hasta el último aliento de su vida. Parecía que el desino se burlaba con saña de ella. Esto dio lugar a que el hijo del fallecido Felipe tras el entierro se enfrentara con Nieves y le espetara con aspereza:
- Y bien. Ahora que por desgracia mi padre se ha ido, tú aquí ya no pintas nada. Es mejor que reemprendas tu vida de antes.
Nieves, que en realidad era una mujer errática, impulsiva; incapaz de reflexionar sobre sí misma no se le ocurrió otra cosa que volver al lado de Roberto. Todo con tal de no quedarse sola.
Cuando éste la vio en el umbral de su casa no la dejó entrar a su interior; y aunque ella le pidió perdón por el abandono y le suplicó que la volviera a admitir en su vida, el abogado la rechazó sin contemplciones.
- Tú no eres de fiar. Por tanto no quiero volver a verte nunca más - le dijo él dándole con la puerta en las narices.
Aquella dama sintiéndose perdida en el mundo regresó al hogar de sus padres, y desató con furia el infierno interior que llevaba dentro sobre aquella familia.
-¡Vuestra estúpida educación ha sido la causante de lo mal que me ha ido con los hombres¡ - les acusaba sin cesar.
Y en parte Nieves tenía razón; pues era un disparate; algo demencial el liarse de una manera tan aleatoria con alguien al amparo de una ilusión romántica, para salir del paso y fundar una familia como mucha gente había hecho hasta aquellos días.
De modo que en aquella casa todo eran llantos, gritos y reproches. En pocas palabras sapos y culebras sin fin.
FRANCESC MIRALLES
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