Sueños, Muerte y Reencarnación
Por Luis R.
Enviado el 08/06/2024, clasificado en Ciencia ficción
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El maestro Dorje Sempen intenta introducirnos en el funcionamiento básico del "karma". Estamos en el salón de las meditaciones rodeados de penumbra, con olores persistentes de incienso y de té con mantequilla rancia. Al lado de nuestro salón se encuentra el centro del gran monasterio dónde se reúnen los maestros. Se oye de fondo como llegan los murmullos del mantra de la compasión "Om Mani Padme Hum". El sonido es tan envolvente que puedes entrar en otros estados de conciencia con solo relajar la mente. La energía que producen con el mantra es de color verdoso como una niebla transparente que se incrementa cuando hay muchos maestros. No paran nunca, unos maestros entran y otros salen y si se da el caso de que en el salón sólo queda uno, éste no puede irse hasta que entre alguien más. Así, el mantra lleva recitandose sin descanso desde los inicios del monasterio.
El karma - comienza diciendo el maestro - tiene su sede en las emociones, las cuáles impregnan todos nuestros actos de la vida cotidiana y dejan huellas que condicionan nuestra vida futura.
El maestro me mira y dice: " En occidente se denominan tendencias del inconsciente".
Asiento con la cabeza y continúo escuchando al "Tulku", nombre por el que se conoce a los Lamas Reencarnados. Aunque en realidad todos somos reencarnados, ellos recuerdan el tránsito entre su muerte y la nueva vida.
Así que, el maestro Dorje Sempen puede introducirnos en un aspecto de la naturaleza humana del que no sabemos nada. Aunque en occidente, el tema se trate como una religión y un acto de fe.
Estoy en este monasterio con el objetivo de comprender el funcionamiento del karma en la reencarnacion, pero mi gran duda es si la nueva vida se produce en el futuro, ya que de ser así, el tiempo en ese estado entre vidas también sería lineal. Sin embargo, analizando el conocimiento tibetano en base a sus textos y a sus Tulkus, siempre vemos que el Lama se reencarna en su futuro.
La muerte y los sueños son muy similares en cuanto a experiencia, con la salvedad de que después del sueño siempre despiertas y de la muerte no despiertas (aquí). Uno entra en el mundo onírico de la misma manera que entra en el proceso de la muerte. Los elementos se disuelven unos en otros y la conciencia empieza a percibir una realidad diferente. Si la experiencia es hacia el dormir, entraremos unas cuantas veces en el soñar y luego nos despertamos. Si la experiencia es hacia la disolución total, entraremos en esa realidad final y ya no volveremos.
Llegamos a estas cumbres hace seis meses y desde entonces el maestro nos enseñó dos técnicas de meditación: una analítica y la otra contemplativa. En la primera indagamos y estudiamos textos relacionados (en este caso) con el karma. Una vez adquiridos ciertos conocimientos acerca de las causas y condiciones que se producen en nuestra vida, meditamos en ello sin caer en el estado contemplativo, quedando la mente aquietada en un cuasi-dormir. El maestro decía: "si vas a la izquierda te duermes, si vas a la derecha te despiertas, si vas hacia arriba contemplas, por tanto, quédate ahí y analiza".
Y desde ahí comprendí ciertos aspectos muy condicionantes acerca de la gestión de las emociones. Pero las incógnitas se acumulaban ya que algunos de nosotros ya habíamos estudiado y practicado a través de sueños lúcidos con la "DreamyNun", una monja tibetana que pasaba más tiempo en sueños que despierta. El principal aspecto que aprendimos en aquella ocasión fue la percepción del "tiempo" onírico y que podíamos hacer con ello. Entonces las prácticas redundaron en si el tiempo es lineal en la realidad onírica.
Desde luego que no - comprendí en el estado onírico - El tiempo fluctúa en todas direcciones y si no hay dirección te la inventas. Vas al pasado como al futuro y recreas las visiones en forma de historia. Esto me llevó a preguntarle al maestro, si era posible reencarnarse en el pasado.
Su respuesta fue contundente:
"Dentro de esta magnífica ilusión todo es posible".
Nuestra condición humana nos empuja hacia el futuro, hacia un tiempo no vivido. Pero existen muchos "humanos" que se resisten a avanzar porque en sus vidas ha dominado la ira, la venganza, el asesinato. Estos van hacia existencias del pasado dónde la vida es de lo más miserable, donde hay guerras, muertes violentas y vuelven una y otra vez como en un bucle resistente, hasta que el individuo comprende y reniega de las emociones que le llevaron e ese estado.
Mientras hablaba, me imaginaba seres humanos de toda condición retrocediendo en la linea temporal para reencarnarse y a otros avanzando en la misma linea para renacer en su futuro. Pensé en las guerras del mañana y en todas las personas que llevando un fusil o granadas mataron a humanos y su karma les llevó al pasado.
Seguimos escuchando al venerable Tulku y practicando sus enseñanzas. Los próximos meses indagaremos en la existencia después de la vida. Estaremos a disposición del mejor guía en ese estado.
Enero 1982
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