Una carta muy especial

Abro los ojos después de una tormentosa noche. Algo de luz penetra a través de los huecos de mi persiana y me pregunto qué hora será, después de haber estado en duermevela desde que me acosté.

Fuera parece que ha dejado de llover y el frescor de la mañana me despeja de repente.

Por fin entiendo que se ha acabado el tiempo, la espera, que tú hace tiempo que has decidido cortar esto, vivir en soledad tu secreto, tu dolor, o al menos sin mí.

A pesar de mi sufrimiento, esta noche tu conexión me ha hecho ver, que no debo esperar nada más. Nunca olvidaré los momentos que pasé contigo, quedando en mí para siempre tus caricias, tus besos, tu risa y ese te quiero muchísimo que me hacía sentir tan especial, tan completa y tan feliz.

Lo más importante y eso es algo que no debes olvidar, es que mi alma siempre estará a tu lado, allá donde vayas y estés donde estés, porque te he querido, te quiero y te querré siempre muchísimo peque.

Respeto tu decisión, y quiero que sepas que aunque para mí el silencio haya sido mi peor enemigo y las formas me hayan roto por dentro,  este es el acto de amor más duro que he llevado a cabo. 

Quiero que sepas que no me arrepiento de  nada de lo que viví  a tu lado, no  cambiaría por nada del mundo los ratos que compartí contigo, las tardes enteras de conversación que parecían minutos, la conexión tan estrecha  y la complicidad....que tanto echo de menos cada día.

Prométeme que vas a ser feliz, donde sea y como sea, que vas a perseguir tus sueños y si algún día piensas en mí, recuerda que siempre quise lo mejor para tí.

Un fuerte abrazo.