Cada día estoy más viejo, pero me siento como un chaval ¡menudo problema! El cuerpo no acompaña a la cabeza. Mejor dicho, mi mente no asimila mi físico. No quiero ser un viejo verde, pero me siguen gustando las de treinta y no las de sesenta. Soy mayor, pero no estoy ciego, ni sordo. Es más interesante alguien que cree en todas sus posibilidades, que alguien que ya ha tirado la toalla ¿no?
No es sexi hacerse mayor, y sentirse mayor ¡menos!
Mi mujer dice que soy infantil, puede, pero a estas alturas me voy a morir siéndolo.
Tengo un amigo que a mi edad hizo un buen cambio, de coche no, de señora, y está tan contento. Igual le propongo que salgamos los cuatro una noche, a ver si así, se nos pega algo de sus fuerzas renovadas, yo estoy todavía dispuesto a nuevas emociones, no sé yo si mi Pili…
- Pilar, cariño.
- Cariño ¿qué?
- No te pongas a la defensiva, mujer.
- Ese cariño suena a petición estúpida, o a “ya la he vuelto a fastidiar”.
- Bueno sí, petición. Pero no es estúpida.
- Señor, dame paciencia.
- He pensado que salgamos una noche con Juan y Jenifer.
- ¡Anda ya! ¿qué tengo yo que ver con doña tetas de silicona?
- ¿Cómo sabes que son de silicona?
- ¿Tú eres tonto o qué? Porque no se mueven nunca de su sitio.
Vaya ¡qué desilusión! Son de plástico ¿tendrá algo más postizo? Bueno ¡qué más da! Está buenísima. ¿Las habrá pagado Juan? ¿Cuánto deben costar? ¿Le digo a Pili que se ponga unas? No, no, no, mala idea, igual me pega…
- Bueno ¿qué?
- ¿Qué de qué?
- Si puedo quedar un día con ellos.
- Queda, pero conmigo no cuentes.
- Mujer…
- Bueno, pero un domingo a comer, nada de sábado noche y copita. De ir de fiesta con ellos, PASO.
- ¡Ah! ¿Y con quién irías tú de fiesta?
- Con Brad Pitt.
- ¿Con Brad Pitt y conmigo? ¡Pues vaya!
Me está mirando con muy mala cara.
- Vale, un domingo pues.
***
El otro día me encontré con Juan, está derruido, Jenifer lo ha dejado por un compañero de trabajo, uno que sí quiere tener hijos. Juan no quiere, claro. Ya tiene tres con Maruja. Ahora dice que todas las mujeres son unas brujas. No conoce bien a mi Pili. No es bruja, está en mi cabeza. Antes de abrir la boca siempre sabe lo que voy a decir, me lee la mente. Hasta he pensado en ponerme un gorro de aluminio, como hacen los niños en las películas, a ver si eso funciona…
- ¿Tú has perdido la cabeza no?
- ¿Por?
- ¿Por qué has forrado el casco de la moto?
- Queda moderno.
- El papel de aluminio no es moderno ¡imbécil! Es contaminante, es ridículo, es aggffjjjlrrgggg.....
***
A Pilar le dio un ictus hace un mes. Se puso malita, pobre. He tenido que contratar a una cuidadora, Jenifer.
Viene todos los días a asearla, con sus tetas de silicona. Yo estoy contento con el servicio. Pili no se queja, no puede. Pero nada más verla, le sube la tensión. A veces también viene Jonatan, su pareja, es masajista y le da unas friegas a la pobre Pili. Creo que Jonatan tampoco le gusta, pues pone unas caras muy raras, como de susto, pero el médico dice que es importante movilizar su cuerpo, y los masajes le van muy bien.
Tuve que tirar el casco, le puse demasiado pegamento, una pena. Pero ya no me hace falta. Sospecho que Pili perdió la capacidad de leerme la mente. Además, ahora no puede hablar.
Está claro que no es una bruja. Es sólo, mi Pili.
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