¿Sueñan los muertos?

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Cerré los ojos y noté como me hundía y me desmoronaba en el fondo de algo, me quedé sin fuerzas. Supe que me iba, pero recordé las palabras del maestro: 

"No vas ni vienes, esa es tu ilusión"

Pero yo no era capaz de trascender esa ilusión, estaba siempre ahí, en toda la vida y en todos los sueños, la mente no paraba porque yo estaba allí. Aún en el proceso de morir la ilusión perdura y las experiencias continúan. 

Vi una luz, fuerte, cegadora, atrayente como un imán, imposible no ir hacia ella. No estaba sólo, notaba presencias sin forma que pululaban en todas direcciones sin entrar en la luz. Parecían polillas alrededor de una bombilla.

Fueron quedando atrás y yo traspasé la luz. Pensaba mientras tanto que había una forma de "tiempo y espacio", las cosas transcurrían una detrás de otra. La experiencia era lineal, diferente pero hacia adelante.

De pronto me encontré en un desierto y supe que me esperaba un descapotable rojo un poco más adelante en la carretera. Fui hacia allí y lo encontré. Subí y aceleré en dirección al pueblo de Encrucijada, donde están todos los destinos posibles a través de sus calles. Allí uno decide en qué ámbito de la existencia va a renacer. Se dice que hay seis calles principales que nos llevarán a nuestra próxima vida, cada una con sus características propias. Parece ser que la calle tira de tí como si te quisiera engullir, pero tú puedes resistirte y continuar buscando tu destino.

Llegué al pueblo donde nunca anochece, donde hay un permanente amanecer o atardecer. No ves el sol, pero la luz está ahí. Me instalé en el Hotel New Tránsito y pensé en descansar, pero no estaba cansado. Intenté dormir, pero no tenía sueño. Bueno, al fin y al cabo estaba muerto. 

¡Entonces reparé en cómo era yo y busqué un espejo! 

No había.

¿Cómo será mi cara? pensé mientras me recostaba en la cama. 

Cuerpo tengo, me dije, y es parecido al que tenía, me miro las manos y están bien, toco mi cara y parece la mía. Tan ensimismado estaba que me fui quedando dormido. Entonces aparecieron los sueños en oleadas alternas, como las fases REM de los sueños en vida. Soñaba que volvía a estar vivo, era joven y estaba con mi mujer. También soñé que exploraba las calles y que al ser un sueño éstas no tenían poder de atracción sobre mí. En otro sueño me encontré con mi maestro de una época antigua. Soñaba más fluido, sabiendo que era un sueño, pero no sabía que soñaba desde mi estado de muerto.

La experiencia oscilaba entre una realidad difícil de encasillar y un sueño que no puedes reproducir por ser demasiado surrealista. Fui despertándome e inmediatamente comprendí que había estado soñando, me fui a la ducha, desayuné, encendí el ordenador y me puse a trabajar. 

El caso es que ahora no se si he despertado en la vida "real" o estoy muerto de verdad.

Bajaré a la calle a ver si estoy en Encrucijada.

 

 

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