Alejarte de una persona de la que no te quieres alejar, es una de las cosas más valientes, dificiles y dolorosas que existen.
¡Qué dificil es sobrevivir a un silencio impuesto por una persona que ha sido tan especial para ti!
¡Y es que nadie te prepara para esta situación...!
Tu mente te dice que debes dejarla ir, si esa es su oculta decisión.....pero tu corazón está roto y tu alma no puede dejar de sentirla a todas horas.
Si a esto sumamos que debes mantener distancia con una persona que ves a diario, el asunto se convierte en una verdadera pesadilla y seguramente no pares de preguntarte por qué ha ocurrido ésto y por qué tiene que ser así.
Si eres capaz de realizar este sacrificio, ten por seguro que es porque quieres a esa persona más que a nada en el mundo y serías capaz de hacer cualquier cosa por ella.
Pero eso no excluye la dureza de la situación, los sentimientos robados, la sensación de soledad, las lágrimas en los ojos, la mirada triste pero sin rencor y la esperanza de que en el algún momento puedas de nuevo mirarla a los ojos sin sentir miedo ni dolor.
Pasarás un largo tiempo sin entender, cómo ha sido posible pasar tan rápidamente de serlo todo a no ser nada, pero también cada día que pasa, te irás dando cuenta de que vas esforzándote menos en entender lo inentendible y te empezarás a plantear si esa persona merecía la pena cómo tú pensabas, o te tenía completamente engañada.
En el entramado de las relaciones humanas, la realidad supera cualquier ficción, faltando en la mayoría de las ocasiones humildad para reconocer cada uno sus errores, dialogo abierto y sinceridad.
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