LA ÉPOCA PRODIGIOSA
Por franciscomiralles
Enviado el 13/07/2024, clasificado en Reflexiones
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Existe una leyenda que narra que en los años 40 del siglo pasado cuando el dictador Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya, éste le preguntó en un momento determinado:
- ¿Qué debo hacer para que el pueblo no me arme revoluciones?
- Enriquécelo y no te crearan problemas - le respondió el alemán.
Quizás esta cuestión no se planteó en aquella entrevista, pero en las leyendas siempre hay un algo de verdad. Lo cierto es que España había salido de una dolorosa Contienda Civil y en aquellos años la nación se hallaba en una situación ruinosa, en la que el hambre hacía estragos en la sociedad; y si a esta penuria colectiva se le sumaba la feroz represión política en la que se ejecutaba sin piedad y arbitrariamente a cualquier sospechoso de no estar de acuerdo con el Régimen todo podía emporar todavía más.
Sin embargo ocurrió lo que se llamó el "milagro español". Un ejecutivo catalán -los catalanes son muy pragmáticos- que trabajaba en un Banco de Venezuela llamado Juan Sardá tuvo una brillante idea comercial y empezó a discurrir. ¿Que posibilidades tenía esta "piel de toro" para salir adelante y poder vivir con holgura? - se preguntó el banquero-. España tiene un clima templado, y un tan variado como bello paisaje con magníficas playas. Ahora que se terminó la Segunda Guerra Mundial y volvería a crecer el Capital porque todo se tiene que volver a reconstruir, la gente llevada por su ansia vital, por su euforia inicial querrá viajar. Por lo tanto España bien podría convertirse en un país turístico de primer nivel en el continente europeo y las divisas pueden llegar a ser la gallina de los huevos de oro; es decir su principal fuente de ingresos. Simultáneamente se hacía necesario estimular a la empresa privada y para ello se pensó que era imprescindible que tuviera una bajísima presión fiscal, a la vez que una moderación de los salarios.
Este plan de reconstrucción nacional fue recogido por los que en aquel tiempo se les llamó los tecnócratas, que era un grupo de sujetos muy conservadores que eran hijos de familias pudientes y muy católicas, quienes habían estudiado en Universidades extranjeras, y se esmeraron en hacer las políticas necesarias en el tejido económico del país al amparo del Fondo Monetario Internacional, y por supuesto con el beneplácito de Franco, a quien muchos empresarios lo veneraban sin discusión; pero también yo llegué a conocer a gente de humilde condición social que decía que "nunca habían estado tan bien como con Franco". Y es que en muchas familias de la clase trabajadora que venían a Barcelona para ganarse la vida y eran oriundas de muchos pueblos de la Península Ibérica, trabajaban el padre, los hijos y hasta la madre; aunque por desgracia la justicia social no alcanzaba a todo el mundo. Mas a pesar de todo España jamás a lo largo de su historia había vivido una etapa de auténtica prosperidad, ni la volvería a vivir en el futuro como en aquella época. Por otra parte los españoles con el turismo se acostumbraron a ver que en el mundo había otras culturas, otras costumbres más liberales que en las de su país Así que la sociedad se había modernizado mientras que el Régimen dictatorial se había quedado estancado en el pasado.
La verdad era que en los años 60 predominaba el pleno empleo; y si una persona no estaba satisfecha de su trabajo; o simplemente quería ganar más dinero dejaba el que llevaba entre manos y a los pocos días volvía a encontrar otro empleo mejor pagado. Mas en aquel tiempo también era frecuente practicar el pluriempleo.Había muchas personas que para andar económicamente más deshaogados tenían otro trabajo adicional. Por ejemplo en la empresa familiar de Confección en la que yo trabajaba los sábados por la tarde que era cuando más clientes venían a comprar, contratábamos a familiares y amigos para ayudarnos en aquella pesada labor. Como es de suponer esta óptma situación generó una euforia sin precedentes en la mayoría de muchas familias que se reflejaba en las canciones; en la música en general a un nivel mundial, ya que la música es un reflejo del estado de ánimo de una colectividad.
Aquella era una generación muy despierta que valoraba grandemente el esfuerzo y el trabajo por encima de todo y nadie se quejaba de hacer horas extras en la empresa; pues se aspiraba a subir de categoría en la misma, por lo que en muchas ocasiones se conseguía y el trabajador en cuestión podía estar allí toda su vida hasta la jubilación.
Claro está que había familias que lloraban el asesinato de parientes sea en las revueltas callejeras de los partidos políticos en la Segunda Repúblca, en la Guerra Civil o fusilados por el franquismo; pero en general en los años 60 ya nadie quería saber nada de la política, ni de lo que supuso aquel desastre nacional. La verdad es que la gente decía que quería vivir tranquila.
En la actualidad hay mucha gente que se cree que la vida empezó anteayer, cuando esto si no es pura ignorancia es una solemne estupidez, dado que la humanidad siempre ha vivido sobre lo que se creó en un ayer de un modo más o menos evolutivo. Si hoy en día al empezar el verano vemos por televisión la llegada de turistas extranjeros a las regiones de España, sepa el lector que es fruto de aquella revolución económica de los años 60.Y aunque la evolución es imparable siempre será una montaña rusa. Si bien ahora hay en Europa una mayor justicia social respecto a otras epocas del pasado, pienso que en este momento histórico estamos viviendo el fin de un ciclo vital para dar paso a otro muy distinto del actual en el que el vagón de la montaña rusa cae hacia abajo de una manera acelerada sin saber muy bien a dónde irá a parar.
FRANCESC MIRALLES.
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