En mi opinión, opino que el ser humano es un ser más (no sólo, sino más) fruto de las condiciones que de lo biológico; en este sentido podríamos decir que el ser humano es más bien un ser circunstancial. La vida nos va enseñando esa incómoda verdad, ya que queremos creer que somos seres con libertad para elegir. Sin embargo, reflexionando, vemos que hay que admitir la amarga verdad que nuestra capacidad de elección es más bien escasa, por más que nos neguemos a aceptar nuestro escaso papel en la dirección de nuestras vidas. Así, corrigiendo la conocida sentencia de Ortega y Gasset, el yo lo es por sus circunstancias, no hay una duplicidad (yo+mis circunstancias —o condiciones—), sino un solo resultado en el que, por supuesto, el yo (la biología de especie, las particularidades individuales, lad experiencias personales, las pulsiones emocionales, sentimental, sexuales, las frustraciones, ilusiones, desengaños, etc.) juega un papel, pero sometido en último término a la fuerza de las condiciones de la existencia real, material, social, en definitiva.
Así lo veo.
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