Esto pasó en enero, en una noche calurosa que no podíamos dormir. Después de bañarme él me dijo “ponte el vestido rosado”, “bueno” dije, y salimos a la vereda a tomar una gaseosa mientras los chicos dormían.
Me llamo Raquel, tengo cuarenta y cinco años, casada hace varios años. Una noche de mucho calor salimos a la vereda después de darme un baño, ya era tarde. Me crucé al kiosco a comprar una gaseosa. Yo tenia un vestido rosa que era corto. Cuando venía de vuelta a mi casa, cruzaba un coche negro tocando bocina. Me senté con mi marido a tomar la gaseosa. Me volví a cruzar a comprar cigarrillo y volvió a cruzar el falcón negro, y mi marido, que estaba adentro entre las plantas, me dijo “quédate ahí un rato”. El coche en la esquina dio la vuelta y volvió para donde estaba yo. Paró y me dejo “petisa, vamos a tomar algo frío”. Después de insistir un rato me metí adentro, para que se valla. Mi marido me dijo “anda a tomar algo”, yo le dije “mira que me va a querer coger”. Así que salí, me arrimé y el dijo “dale, vamos a tomar algo a mi casa”, “bueno” dije, y subí.
Fuimos hasta la casa. Cuando entramos había una pareja sentada. Eran Carmen y Pedro, los padres. Ellos tienen un almacén en el barrio, pero viven en otro lado. Me saludaron y él dijo “ven, que querés tomar”, yo dije “gaseosa”. Sirvió dos vasos y fuimos a la pieza a mirar la tele y tomar gaseosa. Ya eran como las dos de la mañana, se sentó al lado mío, me abrazó y me tiró para atrás, quedando semi acostado. Nos besamos. Yo me saqué el vestido y me quedé en ropa interior. Me acosté y él hizo lo mismo, cerrando la puerta. Empezamos a besarnos hasta que me sacó la tanga y empezamos a coger una y otra vez, hasta que terminamos los dos. Yo me di la vuelta y él se apoyaba detrás de mí, quedándonos dormidos un rato, con el aire.
Cuando me desperté le pedí que me llevase a mi casa. Se levantó y me llevó. Cuando llegué llamé a mi marido para que me abriese la puerta. Entré, me bañé y me acosté. Él me preguntó lo que había pasado. Le conté que era hijo de Pedro y que me había dado vergüenza, pero él me había llevado a la pieza y bueno, me cogió, me terminó todo a dentro. Le terminé de contar a mi marido y nos dormimos.
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