Mi luna, oculta tras las nubes,
me esconde de la orilla. Mea culpa.
Por esperar sin pedir. Por creer, por creerte. Mea culpa.
Olas salvajes rugen a la oscuridad los sueños castrados
que durmieron sobre mi hombro, devolviéndole la solidez
a mi cuerpo unos instantes.
Agua y brío estallan su decepción contra las rocas.
No te atreves siquiera a mirarme a traición, tu traición,
que se funde en las rachas de viento que erizan mi piel
con un frío salino, brutal, terrible e incomparable
al extravío de erizares compartidos. Mea culpa.
Mea culpa si mis mil voces crédulas excusaron al verdugo.
Mea culpa ante tu insensibilidad para comprender mis metáforas
cuando aullaban dolor y tú solo huiste.
Me dejo envolver por la tormenta y bajo el retumbe
del trueno inicio la fuga que me dispersará de nuevo
en la infinitud de la oscuridad.
... Mea culpa.
©Serendipity
Julio 2024
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