JUGA PRIMA... JUGA II

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Llegamos a casa. Uno entretenía a mis viejos y a mí abuela y el otro iba al baño, así hasta que yo me dedique a estudiar.

Me convenció de no coger y seguir así. Faltaba poco para su regreso a Córdoba.

Yo no solo estaba caliente, sino que me había enamorado. Creo que la amaba y sentía que ella me quería o también me amaría.

Entonces nos sirvió el ranchito que había armado en la terraza.

Ahí me iba con los libros y al rato caía Beatriz y nos matábamos, sabiendo que no íbamos a garchar y tampoco iba a tragar mí leche ante las pajas.

Era hacer todo muy rápido y que ella bajará a estar con la familia o tomar un mate.

Así fue la historia inicial.

Se fue, cada tanto nos escribimos una carta, era lo que se acostumbraba y así pasó el tiempo fuimos espaciando el contacto.

En un par de veranos vino de visita con su hermana se quedó unos días.

Donde pudimos nos besamos. Todo era más difícil, porque yo trabajaba, tenía una novia y ella también tenía su novio en sus pagos.

Cuando nos besamos seguía ese fuego.

Que hembra estaba hecha. No hacía falta decir que cogía con su novio.

En una charla me contó que él era jugador de Rugby, que estaba muy fuerte y que era un toro en la cama.

Sentí celos, pero por otro lado ya lo nuestro no iba a ser y hasta quizás me lo contó a propósito, para que a mí me diera bronca o celos. No lo supe.

Pasaron 2 o 3 años y aviso que se casaba, con este muchacho.

Bueno era lógico y lo tome a bien. Ya no me hacía daño.

Me escribió diciéndome que iba a venir a Capital para comprar algunas cosas para su boda, que esos pocos días que venía iba a vivir en el departamento de una amiga, que le dejaba la llave y ella se iba de sus padres, para que se moviera con libertad.

Me dijo si la acompañaba a hacer las compras y de paso charlábamos y estábamos un rato juntos.

Yo estaba un poco caído porque habíamos terminado un noviazgo con una chica y además y sinceramente mí prima aún me dolía. Trate de olvidarla siempre por eso no quería tomar contacto con ella. Es decir, yo la quería como prima y estaba contento con su casamiento, pero era mejor no verla.

Tampoco me podía negar, porque ella me pidió cómo un favor el acompañarla para algo que iba a ser importante en su vida.

En la oficina tenía unos días pendientes de toma de vacaciones y pedí permiso para tomarlas, no hubo problemas.

Estando ya en Capital, podíamos hablar por teléfono, me llamó para avisarme que estaba todo bien, y si al otro día nos encontrábamos para ir a comprar y de paso averiguar por un viaje a Uruguay, no para su luna de miel si no para las próximas vacaciones.

Me preparé como si fuera la primera vez que tenía que salir con una mujer. No sé de qué me ilusionaba si era otra circunstancia. Pero bueno así fue.

Nos encontramos. Que hermosa yegua era!!!

La vi contenta. Nos abrazamos mucho. Me dijo: bueno basta!!! Hagamos las compras.

Muy práctica para hacer compras, mucho no me gustó cuando me pregunto si me gustaba un baby-doll que se iba a comprar. No era que no me gustara era que lo iba a lucir para su esposo.

Buehhhh… sigamos.

 Fuimos a la casa de turismo y pudo hacer una reserva. Se habían pasado las horas y yo tenía hambre ya eran las 3 de la tarde y no habíamos tomado nada. Le dije de ir a comer a lo que me contestó que ella también quería comer algo.

Fuimos a un bodegón. Mientras almorzábamos charlamos un montón de todo. Tanto de ella como de mí. Obviamente mucho de su casamiento y en un momento de la charla me dijo que se casaba pero que no estaba feliz ni siquiera contenta.

Yo tratando de explicarle que seguramente a poco del casamiento hay momento de crisis que todo se supera. Pero no. El tema era que no tenía buen trato el muchacho con ella. Que un par de veces la insultó.

Yo me imaginé que no solo serían insultos, pero tampoco quiso charlar más del tema.

Fuimos hablando de otras cosas. Volvió a estar bien. Siguió: -si yo calculo que todo va estar bien, es como decís vos son crisis prematrimoniales.

Mientras hablaba yo la miraba y me decía a mí mismo … porque no yo ???

Cafecito final y después continuar con alguna compra más.

Estaba hermoso para caminar así que aprovechamos el día. Ya cansados nos sentamos en una plaza y seguimos charlando de todo. Hermoso momento, que yo no quería que se termine más. Pero ya se había hecho de noche, me imaginé que la acompañaría a llevar los paquetes hasta el departamento y yo para mí casa y seguramente volver al otro día para seguir las compras.

Me dijo: -bueno por hoy basta por suerte hicimos un montón. Adelanté mucho. Venís hasta el depto?

-si claro te acompaño.

Tomamos un taxi.

Mientras abría la puerta del ingreso al edificio me dice:

-ahora subimos y te preparo un café o si querés una cerveza. Hay sandwichs de miga y factura !!!

-Bea es tarde ya, mañana tenés que seguir con tus cosas, anda a descansar y coordinamos para mañana.

-vos tenés algún compromiso?

-no compromiso no. Yo por vos.

-vamos subamos que estos paquetes ya pesan.

No sabía si ir al departamento estaba bien, que pensaría su novio?, bueno soy su primo ni va a dudar.

Entramos. Un lujo de departamento.

Me dice: - ponete cómodo y fíjate que querés comer y tomar… con confianza, todo lo que hay lo compré yo para nosotros. Aguántame que voy al baño que no doy más.

Me sonó lindo el “lo compré yo para nosotros”

Tardó un rato bastante, me arrimé a la puerta del baño para preguntarle si estaba bien, pero sentí el ruido de la ducha, se estaba bañando.

Yo preparé un poco la mesa para tomar y comer algo.

Salió del baño envuelta en una toalla, el pelo mojado. Me volvió a deslumbrar y vuelta quedarme callado, no era momento para decirle lo hermosa que estaba.

Ni bien vio la mesa servida me dijo: -mi amor sos un divino !!!

Me levanté del sillón para servirle una cerveza, me trabó el paso, me miró a los ojos y dejo caer su toalla.

Su belleza en pelotas, se multiplicaba y yo mudo, la miraba hasta con vergüenza.

Se sonrió y fue el beso que nos dimos que no olvidaré jamás.

Sus tetas apretadas contra mí y su lengua que entraba y salía de mí boca, mordía mí lengua y dejaba la suya para que yo la mordiera, se la chupara.

Agarrarla por la cintura desnuda y bajar con mis manos por sus nalgas, creo que nunca lo soñé.

Nos sentamos en el sillón, se sentó arriba mío. 

Brindamos y comenzó a hablar que ella tenía una deuda enorme conmigo. Mientras hablaba me decía: - no me sueltes… acaríciame.


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