LOS VISITANTES 1

Rafael Segura que era unn hombre de mediana edad; el cual estaba separado de su esposa desde hacía bastante tiempo; y era una administrativo de una Gestora de su ciudad, se hallaba aquella calurosa noche del mes de julio del año 1989  fumando un cigarrillo después de la cena en el jardin donde había una pequeña piscina que pertenecía a la comunidad de vecinos de aquella urbanización de apartamentos, que estaba ubicada en Torredambara que es una localidad de la provincia de Tarragona y que era el lugar al que había sido invitado por su hija Olga y su marido para pasar unos días de vacaciones.

Fue precisamente en aquel instante cuando de súbito, inesperadamente frente al hombre surgió de la nada una figura espectral en forma de  humanoide que apareció en cuclillas. Seguidamente aquella figura se irguió y Rafael aunque presa del estupor pudo percatarse que se trataba de un ente de una altura considerable y parecía que llevaba puesta una escafandra plateada.

Entonces ambos sujetos se contemplaron mutuamente con gran asombro como preguntándose qué diablos significaba aquella insólita situación; pues era evidente que asimismo para el humanoide que quizás venía de algún misterioro rincón del universo el administativo era una extraña criatura.

Al momento con la misma facilidad con que aquel ente había aparecido se desmaterializó como por arte de magia dejando sumido a Rafael en una gran agitación. Como es de imaginar el administrativol se adentró enseguida al interior del apartamento de su hija más blanco que el papel, al tiempo que exclamaba: "¡Aquí hay un fantasma. Lo he visto con mis propios ojos!"

Su hija Olga, al ver que no podía calmar a su padre y temiendo que éste hubiese sufrido una alucinación decidió llevarlo al Centro Médico de aquella población con el propósito de que le echaran un vistazo y le recetaran algún calmante para que al menos aquella noche pudiera descansar.

Rafael le contó con todo detalle al facultativo que estaba de guardia la insólita experiencia que había tenido, mas este dio la impresión que se mostraba impasible acerca de aquella confesión. 

Sin embargo al  día siguiente a media mañana se personó en el apartamento de Olga un joven militar de alta graduación del Ejército del Aire que deseaba hablar en privado con Rafael Segura.

- Me llamo Benito Fernández, y soy el cuñado del médico que le atendió ayer por la noche - se presentó el militar-. Verá tengo el permiso de mis superiores de notificarle oficiosamente de que lo que usted vio no fue ninguna alucinación, sino que se trató de algo bien real, y no es el único caso que ha tenido una experiencia de este tipo - tras una pausa el militar prosiguió-. Parece ser que de vez  en cuando estamos siendo visitados por Naves no Identificas que tal vez procedan de otros planetas desconocidos por nosotros hasta ahora.

- Bueno, ya he oído algo al respecto. Pero no me lo acabo de creer. Yo soy un hombre muy práctico ¿Comprende usted? - respondió Rafael con una sonrisa escéptica.

- Claro que lo entiendo. Pero así como hay muchos continentes y países en los que habitan toda suerte de seres vivos, es una presunción muy simple pensar que nosotros estamos solos en el universo, cuando hay millones de galaxias en el mismo con sus respectivos planetas que también pueden estar habitados - argumentó el militar con convicción-. Por otra parte también es verdad que hay gente que fabulan con el tema de los extraterrestres, quizás para compensarse de unas carencias afectivas y vitales. En un ayer estas personas contactaban con los arquetipos de la Virgen y otras deidades religiosas; mas ahora con el auge de la tecnología dichas deidades se han convertido en fantásticos seres de otros planetas. No obstante a pesar de ello sabemos que hay un porcentaje considerable de casos resales como el de usted.

- Vaya. Esto es sorprendente. Pero ¿cómo se explica que "ellos" vengan aquí? ¿Qué les importamos nosotros?: Porque seguro que estos visitantes serán muy diferentes a los humanos- inquirió con toda la lógica del mundo Rafael.

- La verdad es que no lo sabemos. Tal vez a investigarnos. Con toda seguridad estos visitantes deben de pertenecer a una civilización que sabría utilizar un tipo de energía nuclear a modo de carburante que les permitiera viajar a la velocidad de la luz que es a 300.000 km por segundo; así como hay la teoría de que a veces el cosmos debido a la atracción gravitacional de las galaxias éste se contrae formando unos atajos por los que estas naves podrían llegar cuánto antes a nuetro planeta.

- Ah...Muy interesante - expresó Rafael que a mitad de aquella explicación didáctica del militar se había perdido y le costaba asimilar aquellas teorías que estaban fuera de su ámbito cotidiano-. Pero hablando en plata ¿que fue lo que yo vi en el jardin? - quiso saber.

- Es posible que se tratase de un experimento de teletransportación. Es decir, que se pueden desplazar objetos de un lugar a otro sin que nadie los toque físicamente. Por el momento en nuestros laboraorios esto se ha conseguido mediante unos aparatos llamados teletransportadores que han desplazado a simples partículas elemntales. Por lo visto estos visitantes del espacio deben de tener la capacidad de manipular sus cuerpos energéticos para desplazarse sin ningún esfuerzo a cualquier ámbito de nuestro planeta.

- ¿Y si todo esto es así, por qué las autoridades no nos dicen nada? ¿Es que acaso nos toman por idiotas? - quiso saber Rafael.

- Entiéndalo. Hay muchos intereses en juego; y existe el temor de que el orden mundial se hundiría si se divulgara la visita de extraterrestres - repuso el militar-. Por eso le pedimos que trate de olvidar esta experiencia que tuvo anoche y que sea discreto sobre este tema..

Rafael prometió ser prudente y posteriormente el militar se despidió y se marchó de aquella vivienda.

Mas pocos días después de aquella entrevista Rafael se olvidó de su primesa.

                                                                   CONTINÚA