LOS VISITANES 2 (FINAL)

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Enviado el , clasificado en Ciencia ficción
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Desde aquel día en el que el aparente pragamático Rafael Segura tuvo un encuentro en la Tercera Fase con aquel supuesto extraterrestre su fuero interior sufrió una seria transformación. Se sintió un hijo del universo; pues casi había tocado uno de los misterios más fascinantes del mismo, razón por la cual la educación que había reciido desde su más tierna infancia se le antojó que era falsa, egoísta y carente de valor. Este estado de ánimo le llevó a establecer una línea divisoria entre él y los demás que en realidad lo marginaba más de lo debido.. Asímismo el trabajo que desempeñaba en la Gestora ahora se le hacía una montaña; pues lo veía sórdido y aburrido; y cuando se le hablaba de temas mundanos Rafael les prestaba una muy relativa atención.

- Jaime deberia de ser más decidido y atreverse a pedir al  jefe de su empresa un aumento de sueldo, porque la vida está muy cara - le dijo en una ocassión Olga a su padre acerca de su marido-.Jaime trabaja como un burro y creo que abusan de él. Y cuando se lo dices se enfada. ¡Oye! ¿Qué me escuchas? Parece que estás en babia - le llamó la atención a su progenitor.

- ¿Eh...? Sí, ya... Ya me hago cargo ya. Este viernes por la noche voy a un programa de Radio para hablar de mi experiencia de la otra noche. ¿Me escucharas? - suplicó Rafael cambiando de tema.

-¡No! ¡No lo sé! - le grito Olga nerviosa-. Esto no puede seguir así papá. Tienes que cambiar o te volverás loco. ¿No te dijo el militar que te olvidaras del asunto del extraterrestre? Además, como esto no es oficial, por mucho que hables por la Radio poca gente te hará caso. Y todo el mundo, especialmente nuestras amistades dirán que eres un iluminado, un soñador.

A Rafael las regañinas de su hija Olga le dolían en el alma. A él le hubiese gustado que la chica le siguiese en su nueva forma de pensar. pero al no sentirse comprendido por ella llegó a pensar que la joven era  antipática y distante; carente de sensibildad.

Un tarde Rafael al salir de la oficina vio en la calle un PUB abierto y se adentró en el local para tomar una copa; y en una mesita que había en un rincón se hallaba una mujer morena de cabello corto y de una penetrante mirada que lo atrajo enseguida.

Rafael pensando que había hecho una conquista y como era de esperar se sentó a su lado.

- Pareces una mujer muy especial, muy interesante ¿Cómo te llamas? - le dijo Rafael con una cautivadora sonrisa.

- Llámame Bea -repuso la mujer con una voz algo metálica.

- Yo me llamo Rafa.

- Sé quien eres. ¿Por qué no has seguido las órdenes  que te dio el militar aquella noche?

-¿Cómo sabes esto? - se sobresaltó Rafael con un vacío en el estómago.

-Tú hubieses podido ser un colaborador de nuestra causa, y en cambio ahora no eres más que un pobre divulgador del tema ufológico para alimentar tu estúpida vanidad - dijo Bea con desprecio.

--¡Oye sin faltar! Explícate por favor.

- Nosotros vamos a renovar el planeta Tierra, porque vuestra codicia imperialista que arranca de tiempos inmemoriales puede contagiar a otros planetas del cosmos y todo sería una catrástofe de grandes proporciones. Yo soy la embajadora de un planeta como el tuyo, que en un ayer hubo una fatal guerra nuclear, y sólo sobrevivieron las criaturas más ínfimas. Como ves no existe ningún pueblo elegido como vosotros pensáis- dijo aquella enigmática mujer con sarcasmo.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Rafael con inquietud, dado que presentía algo terrible.

- Sí. Vosotros creís en un ego interior cuando esto no es más que una falsedad que lleva al desastre, porque lo único que cuenta es la Comundad regida por una suprema autoridad. Con nuestra tecnlogía manipularemos las mentes de los gobernantes con mensajes subliminales inculcándoles un radical materialismo porque lo verdaderamente efectivo es el trabajo sin más en beneficio de la Comundad.

- Pero esto es un disparate porque si el hombre  deja de creer en sí mismp se convierte en un muñeco a expensas de cualquier sinvergúenza. Además no creo en lo que dices. ¡Eres una farsante! - exclamó ofuscado Rafael- ¡Venga ya. Dime quién eres! - exigió el hombre.

Seguidamente Bea se quitó un guante largo que cubría su mano derecha y depositó una pata peluda y negra de hormiga gigante sobre el hombro de Rafael, dado  que en el planeta en el que ella vivía estos insectos habían evolucionado en grado sumo y gracias a sus adelantos científicos podían metamorfearse como seres humanos.

Rafael, presa del pánico salió huyendo al exterior. Por lo visto él no se había apercibido que en la inmensidad del universo podía haber planetas que albergaran seres tan benévolos como nefastos para la Humanodad.

                                                                         FRANCESC MIRALLES

 


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