Celebrando 25 años como swingers Cap. 1

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
3530 visitas

Marcar como relato favorito

Estamos cumpliendo 25 años de liberación sexual total. Mi esposa Victoria y yo somos swingers convencidos y apasionados por este estilo de vida. En estos años hemos hecho voluntaria y en consenso, de todo lo que se nos ha antojado. Experiencias excelentes, buenas, regulares, malas y pésimas. Tríos con hombres y mujeres, intercambios de parejas, orgías en su sentido más literal y bisexuales; y siempre en pareja. Por eso quisimos que para celebrar este aniversario debería haber algo muy especial y quisimos que la mayoría de personas que han compartido nuestros cuerpos estuvieran con nosotros, la misma noche y en nuestra casa. Por supuesto que no pudimos reunir a todos. Muchos ya han desaparecido de nuestras vidas... por muchas y diferentes razones, pero sí nos reunimos para un fin de semana lleno de sexo a 22 personas, entre parejas y hombres y mujeres que están "solteros". Pero como queríamos que el número 25 estuviera presente, después que los 22 nos confirmaron su participación, nos dedicamos a buscar a 3 más... nuevos y que para ellos nuestra celebración fuera muy especial.

Teníamos en mente a varios candidatos (2 hombres y una mujer) que habíamos conocido en diferentes oportunidades y circunstancias, pero que con nuestro radar swinger detectamos comportamientos potencialmente adecuados para coger con ellos. La mujer era una vecina, divorciada, 45 años, no bonita pero sí muy simpática y agradable y que creíamos ocultaba un cuerpo más que apetecible para todos. Uno de los hombres era un conocido de negocios y que incluso era parte de nuestras fantasías sexuales cuando cogíamos con mi esposa. El otro, era un muchacho de unos 23 años, delgado, alto, moreno y que en ocasiones en que lo habíamos visto en el gimnasio, mostraba un buen paquete... se notaba que tenía una verga de calibre pesado por el bulto que se le formaba y cómo se movía al hacer ejercicio. Así que los tres tenían muy buen potencial para unirse a nuestro grupo... pero también compartían algo que no necesariamente nos gustaba. Nunca nos ha gustado relacionar nuestra vida y actividades sexuales con vecinos, ni con conocidos de negocios, menos con alguien tan joven, desconocido y potencialmente "peligroso" para nosotros y nuestros amigos swinger. Ninguno de los tres tenía nuestra confianza como para incluirlos en el aniversario... pero el tiempo apremiaba y la fecha de celebración se acercaba. Y empezar de cero y buscar a alguien era imposible (nunca aceleramos el "proceso" de selección en este tema, por mucho que lo deseemos o necesitemos).

Sabíamos que los hombres aceptarían muy rápido cogerse a mi mujer (que es una MILF hecha y derecha) pero quizá sería más difícil que aceptaran hacerlo conmigo presente y/o participando... quizá sí quisieran participar en nuestra orgía, pero muy difícil podría ser que aceptaran que todas nuestras actividades sexuales son de todos contra todos... y la bisexualidad es un requisito indispensable para ser de nuestro grupo.

En cuanto a la vecina, sí detectamos muchas veces señales de su sexualidad y no le conocíamos amantes, novios o parejas... y sólo salía de vez en cuando, pero nunca supimos ni con quién ni para qué. En realidad, la confianza o la intimidad con ella no existía y aunque teníamos una relación muy cordial y habíamos compartido en actividades de la colonia, nunca habíamos intimado como amigos... y ni nosotros la conocíamos a ella ni ella a nosotros. Sólo éramos vecinos. Así que ella podría ser una candidata más difícil de reclutar (sabemos que las solteras sí tienen sexo, pero de tener un amante o una pareja a coger con 24 personas más, en el mismo cuarto, había un gran abismo). En ese momento nos quedaban 12 días para el gran fin de semana, y los demás detalles (comida, bebida, camas, etc.) ya estaban listos. Sólo nos faltaban 3 participantes.

De los 22 que sí asistirían con seguridad, 8 eran de nuestro grupo regular actual. Las otras 14 personas habían sido parte de nuestro pasado sexual... en lo individual o en pareja. Algunos se habían divorciado y vuelto a casar (pero sus cónyuges actuales o no sabían o no gustaban de la vida swinger), otros estaban "solteros" y un par eran viudos. Algunos aceptaron inmediatamente y otros costó un poco más, no tanto porque rechazaran volver a coger con nosotros sino porque la logística era más complicada (algunos hombres tenían que fingir un viaje de negocios ese fin de semana para escapar de sus esposas... y un par de mujeres arreglaron todo para que pareciera que irían a visitar a amigas de lugares alejados). Unos 8 aseguraban que habían dejado en el pasado la vida swinger, pero ante la perspectiva de volver a vivir eso y en una orgía, sus escrúpulos se rompieron muy fácilmente.

Tanto una amiga como un amigo del pasado ofrecieron que sus actuales parejas participaran... pero nunca habían hecho algo así, entonces llegamos a la conclusión que las consecuencias negativas para todos podrían ser muy malas. Otros ofrecieron amigos o amigas... pero como no los conocíamos, tampoco aceptamos.

Por todo eso Victoria y yo decidimos que sondearíamos a nuestra vecina y los otros dos hombres y confiaríamos en que podríamos reclutarlos a tiempo para nuestra celebración y que cumplieran con los requisitos mínimos que tenemos para coger con otros.

Había varios escenarios para sondear su disponibilidad: Que Victoria fuera la que "sedujera" a los hombres... y a la vecina... y les pusiera las reglas. O que fuera yo el que en una plática de "hombre a hombre" les planteara a los amigos su posible inclusión en la celebración. La tercera opción era una mezcla de las anteriores; yo hablaría con los hombres y Victoria con la vecina. Y decidimos que esta sería la mejor forma de hacerlo. Trazamos un plan, definimos los guiones potenciales, la forma de presentar el tema y las "reglas"... y principalmente el "examen" de evaluación, para que nuestro deseo sexual no interfiriera con nuestra capacidad de razonar y tomar la mejor decisión. Además, tomamos en cuenta la gran posibilidad de que alguno de ellos... o todos, se negaran a participar. Y si así fuera, pues debíamos contentarnos con coger con 22 y no con 25. Al fin y al cabo, algo es algo.

Al día siguiente iniciamos el plan de ataque. Victoria buscó la forma de hablar a solas con la vecina, y yo cité a mi conocido de negocios a un café en la mañana... y al muchacho del gimnasio a tomar algo por la tarde. Yo estaba nervioso como que si fuera la primera vez para mí. Era ridículo que me sintiera así después de 25 años de tener sexo grupal acompañado de mi esposa. Pero volví a vivir la misma sensación de cuando le enseñaba por primera vez las fotos de mi mujer desnuda, a otros hombres. Eran nervios de excitación. Incluso sólo de pensarlo y camino a reunirme con los candidatos, ya tenía la verga parada y sentía que mi calzoncillo estaba mojado y pegajoso con mi precum...Tocar el tema y enseñar fotos y videos de mi esposa cogiendo conmigo... y con otros siempre me ha vuelto loco de placer. Y ahora tenía dos oportunidades de hacerlo de nuevo.

Continuará...


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed