Celebrando 25 años como swingers Cap. 3

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Como parte anticipada a nuestra celebración de 25 años como swingers, nos reunimos con Alberto y Andrea en nuestra casa para tener nuestro primer intercambio con ellos y darles la bienvenida a nuestro grupo. Para ellos este estilo de vida no era desconocido pero sería la primera vez que lo haríamos con ellos. Además tenían unos 10 años de no coger con nadie más. Andrea sí había tenido contacto sexual con todas las mujeres con las que cogieron antes pero Alberto no tenía experiencia bisexual y sería su primera vez. Pero todo salió muy bien, y no sólo fue un intercambio delicioso para todos sino que ellos gozaron de todo lo que hicimos. Con mi esposa Victoria no dejamos nada en el repertorio y el menú sexual que les ofrecimos fue más que completo.

Hicimos de todo. Lo que ellos ya habían experimentado y lo que no. Por supuesto empezamos platicando y contando experiencias. Y cuando ya entramos en materia comenzamos tocándonos, oliéndonos, lamiéndonos, besándonos... y sin haberlo planificado de esa manera, desde el inicio fuimos todos contra todos.

Victoria y yo nos sorprendimos que Alberto fue quien tomó la iniciativa de tocarme, olerme y besarme... y sin dudarlo se puso a chupar todo mi cuerpo, sin dejar ni un cm sin oler y lamer. Mi cara, boca, cuello, pecho, pezones, pelo del pecho, axilas, estómago, piernas por adelante y atrás, mis nalgas y mi culo... y dejó de último prenderse a mi verga y huevos y chupar como que si fuera un experto y no un novato. Incluso me dijo que él quería sentir que me venía en su boca, aún antes de meterle la verga a su mujer. Que Andrea y él habían platicado mucho y habían decidido que si lo harían con nosotros, sería Alberto el que debería dejar salir todo su deseo y sus fantasías y lo que había reprimido en sus anteriores intercambios y tríos. Y así lo hicieron y por supuesto que nosotros cumplimos con sus deseos. Y además, mientras Alberto se dedicaba a tener placer conmigo (y a dármelo) Andrea y Victoria también se hacían de todo... pero Andrea no quitaba la vista de su marido y estaba encantada con lo que él me hacía... y yo a él también, porque también fui activo y toqué, olí y mamé a Alberto. Tanto que terminamos haciendo un 69 y los dos nos llenamos las bocas con nuestro semen. Y por supuesto al terminar, yo fui a besar a Andrea con mi boca con el sabor y el olor del semen de su marido; en lo que Alberto hacía lo mismo con Victoria (después nos contaron ellas que también habían tenido varios orgasmos con sus bocas y dedos).

Después de esa primera parte, retomamos la plática. Hablamos de nuestra próxima orgía y les mostramos fotos y videos de quiénes participarían... y por supuesto eso volvió a elevar la temperatura de todos. Y Alberto se dedicó a cogerse a mi mujer y yo a la de él. Andrea no es tan atractiva como Victoria, ni su cuerpo tan delicioso y bien formado, pero en realidad me encantó coger con ella. Era ardiente, liberada, femenina y puta a la vez. Y como ellos tampoco tienen hijos, la pusa de Andrea (como la de mi mujer) está muy apretadita y firme... y no digamos su culo. Y tanto Alberto como yo les metimos la verga por donde quisimos. Ni Andrea ni Victoria se oponen al sexo anal, al contrario, les encanta. Y como ellas tenían múltiples orgasmos, cuando al fin Alberto y yo quisimos terminar, les llenamos las pusas con semen. Y tanto él como yo, somos amantes de mamar la pusa de nuestra pareja después que otro les ha llenado el hoyo con semen.

Nos quedamos los cuatro desnudos, en la misma cama... y nos quedamos dormidos después de platicar un poco. Era como la 1 de la madrugada cuando me despertó el movimiento de la cama y eran Victoria y Alberto cogiendo. Les hice saber que estaba despierto y que siguieran libremente, que yo gozaba viéndolos y oyendo sus gemidos y ruidos sexuales. Después de unos minutos, me calenté tanto que decidí unirme a ellos... y ellos siguieron cogiendo como pareja y yo como un tercero que los besaba, olía, acariciaba, metía mano, chupaba... amo tocar una verga y huevos cuando están entrando en la pusa de mi esposa... o el culo de ella y del hombre que se la coge y meterles un dedo. Y eso llevó a que le metiera un dedo en el culo a Alberto y le encantó. Así que le metí otro más y le llené el culo de saliva y lo penetré de la forma como a mí me gusta... y sentía su próstata... y sentí el placer que eso le dio. 

En ese momento, Andrea se despertó y también se nos unió. Y cuando vio que yo le metía dos dedos entre el culo a su marido, me dijo que le metiera otro más... que le dilatara bien el ano... yo me reí en complicidad y lo hice, y después de unos segundos, oyendo los gemidos de placer de Alberto (en lo que él metía y sacaba su verga de la pusa de mi esposa) escupí más saliva en su culo, saqué mis dedos y ví el hoyo café oscuro y rodeado de pelos, bastante abierto y muy rosado por dentro... me coloqué en posición atrás de él... y cuando iba a poner mi verga en la entrada de su culo, Andrea me la agarró y me vio a los ojos. Y yo entendí que quería ser ella quien guiara mi verga dentro del culo de su esposo, que ella quería participar activamente en su desvirgamiento anal... y eso me encantó.

Victoria ya se imaginaba lo que yo estaba haciendo y colaboró poniendo a Alberto más caliente. Le decía todas las cosas morbosas que podía. Lo besaba y le llenaba la boca de saliva y agarraba sus manos y hacía que le apretara las tetas y los pezones... y ella también le pellizcaba los pezones y metía sus manos bajo las axilas de él para oler y saborear su sudor. Todo eso lo aproveché y con la mano de Andrea como guía, empecé a empujar poco a poco mi verga en su culo. El glande empezó a entrar y con sólo un poco de presión entró toda la cabeza (Alberto que no ignoraba lo que estaba por pasar, colaboró relajándose y pujando para abrir más su culo). Dejé el glande quieto y cuando sentí que él estaba relajado y seguía gozando metiendo la verga a mi mujer, empujé poco a poco mi verga dentro de su culo... hasta que mis huevos y pelos púbicos chocaron con sus nalgas.

Andrea se acercó al oído de su esposo y le dijo que ya, que ahora sí ya tenía una verga metida dentro del culo y que eso a ella le encantaba. Él empezó a decir que a él también le gustaba mucho y que estaba gozando todo lo que hacíamos. Así que era seguro que la orgía sería un éxito para todos.

Continuará...


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