SU COFRE

SU COFRE 

     Ella guardó tantas cosas dentro de su cofre que se guardó a sí misma en la segura protección de las dimensiones de un baúl. Segura de sí, lanzó la llave dorada a las caudalosas aguas del río cercano.
El conjunto de SUS cosas llenaba el cofre. Formaban parte de su yo constitutivo; las herramientas con que se fue abriendo paso en el mundo desde que recordaba. Meticulosamente introdujo sus rutinas, sus verdades del barquero, los dictados del sentido común, los complejos inculcados, los ecos, las sombras, los peligros y amenazas, los sueños calificados de utopías, los imposibles... los temores, la búsqueda de la seguridad.
Un día por entretenimiento leyó una muy conocida obra de un autor de novela negra. En el centro del relato, el escritor describió el secreto oculto de la vida. Ella se sobresaltó. Sus esquemas preceptivos se resquebrajaron estruendosamente. Vio el mundo con ojos críticos por vez primera. La ley de la relatividad aplicada a la vida de las personas...¿a su vida? El engranaje objetivo. La ley de la causalidad casual.  Se debatió en dudas y cavilaciones; cuestionó las leyes escritas en tablas de piedra que le habían enseñado... Orfandad. Vacío. Una misma; valerse por sí misma. Ser un yo completo...
Aquella tarde arrastró con esfuerzo el hermoso cofre con sus artísticos artesonados y lo dejó caer por la pendiente de la ribera. El pesado baúl, dando giros sobre sí mismo, aterrizó en el río y se sumergió entre el limo besado por las revueltas aguas espumosas. Las asustadas aves que cesaron en sus cánticos y llamadas sensuales, mientras el baúl daba tumbos por el declive, reiniciaron sus atractivos cánticos a la liberada llamada de la madre naturaleza .

Para aurora polaris