El halcón
En la adaptación cinematográfica de la aplaudida novela del escritor norteamericano Dashiell Hammett El halcón maltés, John Huston se estrenaba como director con esta película y él mismo creó el guión en base muy fiel a la obra de Hammett.
No obstante, en los diálogos finales de la película, Sam Spade responde a la pregunta de la policía sobre cómo es posible que un pájaro rústicamente tallado, en un mineral sin valor de cambio haya causado tantos asesinatos y desatado tanta codicia criminal, diciendo (cito de memoria): "Está hecho de la materia de que están hechos los sueños".
Realmente, la frase genial podría haber sido escrita por el propio Dash, y recoge fantásticamente bien el pensamiento del escritor.
Los sueños
Alejándome de la obra y del sentido que tiene, hoy reflexiono sobre la distancia entre sueños y realidad. No hablo de lo onírico sino de los sueños como aspiraciones, necesidades, ilusiones y fantasías.
El homo sapiens (arrogante autodefinición, como otras (= el hombre en la Luna; los Derechos del Hombre; El origen del hombre; El hombre y la Tierra, etc., etc ), que caracteriza al predominio patriarcalista de las sociedades mercantilistas) en sus dos géneros y en todas las edades tiene una característica esencial, la capacidad de generar consciencia y autoconsciencia. Para eso, es preciso tener una capacidad cognitiva que genere imaginación; y en base a esas imágenes reflejo de la realidad objetiva exterior.
Sin extender la reflexión, vuelvo a la frase de Huston, los sueños nos dice el director de cine, están constituidos por la realidad material, pero se divorcian de ésta y se convierten de por sí en idea individual para sí. El objeto se transforma en sujeto y motiva a la acción que le mueve.
Otra cosa es, y da para alargarse demasiado, cómo la realidad se impone y hace de nuestros "sueños" un fiasco. El azar juega un papel y la ironía despedaza las imágenes idealistas.
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