Cazar ratones

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Entre las muchas cosas a las que dedica su tiempo de vida un gato corriente figura cazar ratones; al menos los gatos que tienen la fortuna de desgastar sus uñas en territorios campestres, pueden ejercitar sus dotes cazadoras con enemigos más apropiados que los insectos comunes habituales en las ciudades.
Hay gatos negros y gatos blancos, además de gatos atigrados, de pelaje ceniza, leonados y otras variedades.
Como sea, ahora trataremos de ver en qué consiste la diferencia económica entre esta fauna tan querida por alguna jerarquía del antiguo Celeste Imperio. Distinguiremos los gatos cazadores en dos sectores separados: los gatos blancos y los gatos negros, en relación a qué hacen con los desgraciados ratones que caen bajo sus garras.
Suponemos que la variedad gatuna de pelo negro se dedica a su ancestral oficio de buscarse la vida alimenticia al modo tradicional: considera a los ratones como comida, algo de lo que sacar un uso directo: caza y consumir para alimentarse sus ratones, sin otro horizonte crematístico.
Del otro lado, los engatusados blancos han descubierto que los ratones pueden tener, un uso indirecto. Una vez saciado el apetito, se pueden cazar más ratones (dejando aparte lo lúdico, a lo que los gatos —unos y otros— dedican bastante de su tiempo diario), ¿pero qué hacer con más ratones de los que necesitas para mantenerte con vida y satisfacer el gatuno paladar..? Siendo un buen cazador y teniendo a tu alcance un buen terreno de caza, donde abunden las madrigueras ratoniles, puedes obtener algo a cambio de tus ratones sobrantes, por ejemplo con un atractivo ejercicio de seducción puedes lograr algún servicio sexual de las gatas —de pelaje blanco y de pelaje negro, o cualquier otra variedad—..., siempre que las féminas felinas se vean impedidas para conseguir, por su propia cuenta, de los roedores necesarios para su subsistencia y la de sus retoños, así como de pajarillos, topillos y demás presas al alcance de las uñas gatunas.
Es decir, que en determinadas condiciones de la vida social de los felinos domésticos, una variedad de gatos, los blancos obtendrían ventajas individuales y de placentera reproducción, frente a otros cuyo horizonte no rebasaría el que su naturaleza intrínseca: vivir, alimentarse y reproducirse sin perseguir fines poco altruistas.
De aquí se deduce que aunque todos los gatos cacen ratones, sí importa que los gatos sean blancos o negros.


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