INTEGRISMO

INTEGRISMO

Lo contrario del pensamiento creativo es el predominio incontestable de las ideas preconcebidas. Las ideas de progreso y avance han sido siempre silenciadas por supuestas autoridades reconocidas oficialmente, a menudo, a sangre y fuego; en otras ocasiones con una táctica más sutil y sofisticada, con el silencio.
La sociedad moderna se ha desarrollado en medio de una lucha que ha durado cinco siglos, desarrollada en diferentes países en otras tantas fases del desarrollo de la ciencia y la tecnología. 
Esa lucha no ha sido siempre abierta; se ha tenido que conformar al principio con tímidos avances, con pasos adelante y pasos atrás; llegando a compromisos y acuerdos. Tampoco ha sido siempre honesta hasta el final: ha recurrido a manipulaciones y se ha valido del mantenimiento de principios y formas del medievalismo, que se han extendido hasta el presente. La pervivencia de la ideología medievalista es la que se manifiesta en el pensamiento integrista que trata de imponerse a todos los sectores y capas de la sociedad. En los años '90 del siglo XX se criticaba lo que se llamaba "pensamiento único", reivindicando la pluralidad de las ideas en una "aldea global", planetaria. Más de 30 años después, la globalidad del pensamiento único trata de imponerse, haciendo del planeta una aldea sin pluralidad de ideas. Hoy asistimos a un avance agresivo de la visión retrógrada de la sociedad. Las mujeres son las primeras víctimas de ese espectro gris y mohoso que recorre el mundo occidental. Son sus derechos los primeros en sufrir el embate de la reacción extrema, porque un elemento básico del integrismo es la necesidad de mantener la estructura familiar patriarcalista y transportar al género femenino a su situación de sometimiento anterior a finales del siglo XX.