Escritor de sueños

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
145 visitas

Marcar como relato favorito

Sueño, y me dejo llevar por el sueño, hasta ese momento en que tomo consciencia de que aquello no es real. Perseguido por un león de habitación en habitación, cansado de correr, de buscar escondites que me den unos minutos de descanso. Sé que tengo el poder de los que pueden escapar, huir de la casa, correr y poner distancia con la amenaza, ocultarme en otro lugar y recuperar el aliento. La bestia me termina encontrando, no por sus méritos, sino porque yo, como dueño de la situación, ávido de adrenalina, le creo de nuevo, le doy acceso a la nueva casa y, por si se despista, descubro mi paradero tosiendo en el momento más inoportuno.

Y entonces, cuando aparece frente a mí, en el último momento, decido usar mis poderes y despertar. A veces, por suerte, no tengo éxito a la primera y despierto en mi habitación.

Solo que no estoy despierto, si no que sigo en un sueño distinto.

A veces el sueño torna en pesadilla y me persiguen los vampiros, a veces, desde un lugar indefinido, me visita un ángel en forma de mujer.

Me gusta cuando aparece ella en mis sueños, una figura sin definir, una presencia que es a la vez sentimiento, recuerdo y magia. Me siento a gusto a su lado, en esa tienda en medio de la nada, en ese hotel categoría Parador Nacional, en esa cama de suaves sábanas y temperatura ideal donde nuestras manos se encuentran y se entrelazan.

Y entonces la beso saboreando su boca y durante un momento, experimento como debe ser el paraíso.

Ya no sé si está o no ahí, a mi lado. No la veo, pero el caso es que no necesito verla, ni tocarla… en ese momento casi me basta con vivir del recuerdo. Mi piel atrapó su tacto, mi nariz su aroma. Ya no está a mi lado, pero su recuerdo me hace temblar.

Y es en ese momento cuando aparecen otros. Sus ojos mirándose con anhelo, ajenos al mundo que les rodea. Y caminando de la mano, eligen su tienda y cierran tras ellos la cremallera.

Me quedo solo y quiero usar mis poderes, pero no funcionan y ella no aparece. Camino sin rumbo, encuentro una casa y busco en cada habitación. Todas están vacías. Salgo al bosque, oigo el rumor de un arroyo y creo ver una figura cerca de un árbol algo alejado. Quiero caminar, pero no avanzo, agudizo la vista, pero la imagen se difumina. Grito en silencio y me quejo por dentro. No quiero irme de allí, pero una fuerza que no puedo controlar me expulsa.

La habitación, mi habitación, toma forma y despierto.

He olvidado mucho, probablemente casi todo. Y lo que recuerdo, a base de retazos, esta desordenado y es incoherente. Aun así, me apetece contarlo. Estas líneas son para aquellos lectores cuyos sueños extravagantes o mundanos se encuentran, al menos en parte, reflejados en este texto. Estas líneas son para los curiosos. Estas líneas son también y sobre todo para mí, protagonista egoísta que no quiere dejar que el olvido me aparte de ella.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed