El tiempo de los hombres grises

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El tiempo de los hombres de gris
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El valor del tiempo. Una gran incógnita para la mayoría de las personas, incluso en el siglo XXI. Tiempo y valor... ¿Puede el tiempo tener un valor?¿Tiene el tiempo un valor objetivo o el tiempo es subjetivo respecto a su valoración? El tiempo sólo existe para la consciencia de un ser natural en el planeta, los sapiens. Para los demás seres vivos, únicamente hay transcurso de existencia; existencia y transcurso: vida.
Sin embargo, la consciencia, aun siendo en gran parte un producto cultural y social concreto, únicamente es interpretada por el individuo; es aplicada tal y como cada persona la comprende y siente. Este punto es el más importante, cómo se aplican los conocimientos y tendencias que pasan del mundo material a nuestro mundo ideal, el resultado del reflejo en nuestra mente de las condiciones externas existentes, como actuamos respecto a la realidad material de la que formamos parte integrante.
El escritor alemán Michael Ende (también conocido por, entre otros libros, La historia interminable, consiguió ver publicada en 1972 una novela engañosamente dirigida a un público infantil, Momo, cuyo título completo en alemán es, Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres.
Se puede reflexionar sobre el tiempo y el valor tal como lo hace Ende, oponiendo el sentido de la vida de la niña Momo a la concepción del mundo de esos no tan extraños hombres vestidos de gris, fácilmente identificables; y también sobre cómo actúan los habitantes de cada lugar donde esos agentes del Banco del Tiempo aparecen.
El lema de los hombres grises es muy simple: estás desperdiciando tu limitado tiempo de vida, "el tiempo es oro, ahórralo”, 
Este es un ejemplo de consideración del tiempo como "valor".
Por su parte, la niña responde que  “el tiempo es vida." Es decir, no es un bien más allá del uso que le demos y la regla de oro no es otra que: "La vida reside en el corazón”.
Para oponerse a los planes de los hombres de gris y su distintivo, los cigarros que fuman a todas horas y no son sino el fruto del tiempo extraído a los habitantes, Momo trata de incitarles a pensar por sí mismos, a no ser meros objetos inconscientes en manos de los representantes del Banco del Tiempo: no es suficiente oír lo que nos dicen; hay que aprender a escuchar. Cuando escuchamos, pensamos, reflexionamos, cuestionamos.
Hay otro valor no valorizable a considerar, el que tiene el tiempo individual para disfrutarlo uno por sí y para compartir. El tiempo no se ahorra, de utiliza. El disfrute de la belleza, las artes, el intercambio de ideas, la conjunción con la naturaleza. El tiempo no debe ser programable como si se trata de un tiempo ajeno a nosotras, nuestro tiempo es nuestro y debemos otorgarle el auténtico "valor" que tiene, el de vivir dejando a un lado temores y normas, aceitando obligaciones impuestas y opiniones rancias y rutinarias.
Para eso, hemos de ser conscientes de que la ansiedad que nos causa un modo social basado en la velocidad, la inmediatez, el crecimiento desaforado, el enriquecimiento material, lo que hace es deshumanizarnos.
No es en vano que el animal totémico que Rbde elige para acompañar a Momo en su resistencia a los hombres de gris sea Casiopea, una tortuga sabia, vieja y lenta.

 


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