Buscando un Semen-Tal (1)
Por Luis R.
Enviado el 23/08/2024, clasificado en Ciencia ficción
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La ciudad está en la más absoluta ruina, todo es un escombro gigantesco. Las masas de cemento ya están limpias de hierro; lo que un día se llamó "cemento armado", ahora son pequeños trozos apilados en montículos de arena y piedras por todas partes. Todo está revisado, ya no hay nada aprovechable.
Sigo andando por lo que alguna vez pudo ser una avenida principal y llegó a una intersección donde se acumulan montañas de huesos humanos y también de otros mamíferos. Los Cadavéricos ya han estado por aquí, no son peligrosos para los que estamos vivos, solo comen cadáveres, se sienten irremediablemente atraídos por la carne putrefacta. Por otro lado, se han convertido en los limpia, ya que muchas personas mueren solas y abandonadas por cualquier lugar. Se dice que antes enterraban a los muertos, aunque hoy en día, sea como sea, los Cadavéricos encontrarían todo rastro de carne podrida, aunque este a cinco metros de profundidad. No sabemos cuándo se extinguirán, ya que cada vez van quedando menos.
La mayor parte de la población ya es resistente a aquella primera oleada de microbios, de microorganismos, gérmenes, virus y bacterias de todo tipo que asolaron a la humanidad. Sin embargo, hay muchos efectos secundarios, como la infertilidad y la violencia. También aparecieron los virus binarios, o te mataban o te alargaban la vida decenas de años. Algunos virus activaron y aumentaron la parte reptiliana del cerebro, y los individuos afectados por está causa, están unidos en un clan conocido como los Saurus.
Ellos usaron las armas atómicas y químicas que quedaron abandonadas en silos. Reactivaron miles de misiles de alta intensidad nuclear. Los que no murieron al principio por causa de los virus, murieron contaminados por culpa de las partículas radioactivas que se expandieron en la última oleada nuclear.
Los Saurus matan todo lo que no son ellos y tienen un mesías llamado Víbora IV, con la piel escamosa debido a una enfermedad, pero sus seguidores creen que es el máximo exponente del clan. No hay mujeres entre ellos, las odian e intentan acabar con ellas. Los Saurus solo mueren de manera violenta, los virus binarios hicieron que su vida sea muy larga en el tiempo. Su infección virulenta les provoca una saliva venenosa y se distinguen por tener un bulto en la base del cerebro y una extrema violencia.
Tengo veinte años y pertenezco al clan de las Equix, mujeres fértiles que se mostraron resistentes a los virus que asolaron el planeta hace ciento treinta y cinco años. Un laboratorio situado en el centro de la civilizacion sufrió un ataque terrorista de un grupo ultra religioso que se hacían llamar los "palmarios", tenían su origen en el sur de Spañican. Se dispersaron tantas cepas virulentas, que en muy poco tiempo la sociedad se vino abajo. Desapareció todo, la gente se moría de todas las enfermedades posibles, conocidas y desconocidas. Fue, lo que luego se conoció como el Apovirus.
No se sabe exactamente cuánta gente murió, pero se calcula un porcentaje muy elevado; tenemos mucha información de la antigua sociedad y sabemos que había unos diez mil millones de humanos en el momento de la catástrofe, que luego fue aumentada por la peste nuclear. Ahora es difícil encontrar a alguien a no ser que vayan en grupo o mujeres como yo que vamos solas buscando a un hombre del clan Semen-Tal los únicos fértiles conocidos, de hecho mi padre es alguien de ese clan.
Estoy por el cuadrante treinta y seis, donde muchas otras antes que yo consiguieron aparearse, pero he de tener cuidado, somos muy codiciadas por los Cardenales, antiguos seguidores de una religión muy tóxica, que intentan raptarnos para convertirnos en esclavas y nos hacen parir hasta la extenuación, también esclavizan a los Semen-Tal. Los muy cabrones siguen con el rollo religioso y retuercen sus costumbres aprovechando que el mundo se ha ido a la mierda. Van aguantando la miseria de su infertilidad, pero no decrecen, sus descendientes son hijos adoctrinados de las Equix y de los Semen-Tal capturados y esclavizados.
Voy hacia el sur y me encuentro con un asentamiento de los S-T recientemente atacado por los Cardenales. La brisa del lugar viene hacia mí y huele a carne quemada. Decido esperar hasta que no diviso movimiento. Me acerco y veo algún cuerpo quemado o simplemente muerto, visten como los S-T, con un sujeta pene de color amarillo, que lástima, pienso, cualquiera de ellos me hubiese ido perfecto.
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