Buscando un Semen-Tal (2)
Por Luis R.
Enviado el 23/08/2024, clasificado en Ciencia ficción
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Me viene enseguida a la mente que los Cadavéricos vendrán pronto, así que exploró el lugar buscando algo que me lleve a algún hombre, cuando oigo algo parecido a un quejido. Me acerco y es un S-T herido. Intento ayudarlo y se deja, sabe que no soy el enemigo.
Me indica donde podemos escondernos y le ayudo a llegar a una entrada bajo los escombros. Tomo algo así como un candil que está colgado, lo enciendo y avanzamos por un pasadizo estrecho, mal oliente y escabroso. Hemos de tener cuidado con una especie de estalactitas blandas que se han formado con las aguas fecales. El lugar apesta y el S-T me dice que el olor es insoportable para los Cardenales. Llegamos a una puerta de piedra que se desplaza tirando de una palanca oculta. Mi acompañante, aunque herido, se muestra alerta. Yo le ayudo y traspasamos el umbral. Al otro lado se levanta un bloque en forma de "cono" de un tamaño considerable, con cientos de puntos de luz que parecen ser ventanas. Es como un mega edificio construido sobre las ruinas del pasado; a lo lejos se ven múltiples edificios ruinosos, rodeados de la luz rojo-amarillenta del atardecer.
Susiño, que así dice llamarse el Semen-Tal que me guía, afirma tener un espacio en el Dolem.
- Allí también hay médicos - señala con su mano no herida. Ellos se ocuparán de mí.
Bajamos hacia el Dolem y voy pensando que en este lugar solo hay hombres. Supongo que estoy en el lugar correcto para conseguir el objetivo del viaje. Mi madre me explicó que un solo apareamiento sería suficiente. Si quería tener éxito, tenía que salir a toda prisa después de que el S-T pusiera su semilla en mí.
Llegamos a una entrada del Dolem, pero los S-T que están allí no me permiten la entrada. Me explican como es el procedimiento:
Tengo que instalarme en otro edificio donde se decide que S-T vendrá a fecundarme y cuando hayan pasado los nueve meses de embarazo y dé a luz, se decide quién se queda con el nuevo ser. Si es varón, se queda en el clan Semen-Tal, si es hembra se viene conmigo.
Todo lo que me había dicho mi madre no servía para nada ya que ella se apareó con un S-T aislado de su clan y enseguida volvió con las Equix. Si hubiese tenido un varón, se lo habría entregado a las mayores del clan. No se sabía el destino de esos varones.
Me llevan a mi nuevo alojamiento y ya no veo más a Susiño. Se trata de un edificio de habitaciones donde hay algunas mujeres en diferentes estados de gestación, pertenecen a otros clanes de las Equix que habitan los páramos del norte. Son diferentes, su piel es más oscura, como azulada y son más altas. Tienen una lengua propia que yo no entiendo, además parece que no hay ningún interés por la comunicación. Llevan un lanza de unos tres metros de longitud y no se separan de ella, dan la impresión de ser guerreras muy agresivas, aún estando ambarazadas.
Sin embargo una de ellas que parecía ser líder se acercó y habló en mi lengua:
"Vete de aquí o no saldrás nunca, te esclavizaran con toda tu descendencia femenina y los varones se unirán al clan"
- ¿Has entendido? - dijo
Yo la miré y supe que decía la verdad. No espere ni un minuto más, me indicaron por donde podía huir y salí de allí a toda prisa. En mi huida pensaba que mi madre había tenido mucha suerte al haberse encontrado con un S-T aislado. Así que seguiré buscando siguiendo su ejemplo. Subo por los escombros y me voy del cuadrante treinta y seis.
Espero no cruzarme con nadie, a no ser que sea un hombre con sujeta pene amarillo y que vaya solo.
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