ENTRE TU OASIS Y EL MIO

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Sediento de agua y de ella, te dejo beber primero, bebes tan ávidamente, que olvidas de tus buenas maneras y tus buenos modales, que te acompañan siempre, se te ha mojado la camiseta transparentando tus pechos desnudos, no llevas nada debajo, se rizan pezones erectos por el agua. Trago saliva, a falta de agua ante tal situación, intento que no se me note el subidón de color en la cara, la sudoración, y la perturbación entre mis piernas. Tarde. En seguida te pispas de todo. Te hace tanta gracia que no te molestas en hacer nada, te quedas con la camiseta mojada y tus pechos dejándose ver a través de ella.

Aquel oasis al que hemos llegado tras una larga caminata sin saber en qué dirección vamos, es un paraíso, tanto por su paisaje como por el sol radiante que lo calienta, además de la calma que se respira. Te quedas al sol, secándote, dándome la espalda, yo no le quito ojo a tus pechos. Ni puedo, ni quiero. Te deseo.

Mis pensamientos cambian cuando te levantas, te quedas de pie sobre la hierba, descalza, mirando el enorme lago que tenemos solo para los dos. Sin mediar palabra, te quitas la poca ropa que llevas, quedándote en bragas, y yo aún más ruborizado y excitado que antes, la boca se me seca, las manos me sudan. A ti, de espaldas, se te adivinan las curvas de tus pechos, ahora sí, desnudos, y poco dejas a la imaginación por detrás. Así, en bragas, te metes en el agua, te quitas las bragas y las lanzas al verde, dejándote cubrir por completo por el agua. Se te adivina todo en el agua, y yo no sé dónde mirar, aunque sí sé dónde quiero mirar. Me miras, me dices que me meta en el agua, no llevo bañador, no hace falta me dices ella. Por no quedar como un pringado, me quito la ropa, la dejo de cualquier manera y me meto, me meto con toda mi erección, vienes a mí. ¿Te da vergüenza?, me preguntas, pegándote a mí, jugando con mi erección, riendo traviesa, y yo apenas puedo hablar. Me abrazas, te abrazo, nos besamos, mi erección roza tu entre pierna, mmm...mis besos te gustan y quieres más, lengua con lengua nos bañamos el uno en el otro. Mis manos se cierran sobre tu culito de melocotón, redondo y suave.

Mis besos sobre tu cuello te vuelven loca, quieres más, yo quiero más, quiero tus deliciosos pechos en mi boca, tus pezones en mi lengua te devoran. Mi verga entre tus manos, y en tu boca, y en tu lengua que me provocan un gemido de placer, un placer que nunca he sentido antes, te la tragas toda, la devoras, nos devoramos, bebemos de los dos, te follo de todas las maneras que el entorno permite y que nunca antes he imaginado. Saboreo tu suave y caliente entre pierna, empapada en mi lengua juego con ella, gimes, me excito más, me faltan manos para tus curvas entre tus jadeos y los míos, hasta el éxtasis, llegando al paraíso entre tu oasis y el mío.


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